Nueva York se sube a la bicicleta, ¿qué podemos aprender en Madrid?

Tal vez la imagen que muchos tenemos de Nueva York se caracteriza por avenidas con tráfico caótico, lleno de taxis amarillos (y verdes, que hay mucho Nueva York más allá de Manhattan), camiones y coches, donde ir en bicicleta es poco menos que una locura. Sin embargo, en los últimos años la ciudad americana ha ido evolucionando para pacificar su tráfico e introducir la bicicleta como modo de transporte sostenible y popular. En este artículo vamos a ver qué elementos impulsados en Nueva York pueden ser también introducidos en Madrid para mejorar el uso de la bici en nuestra ciudad.

Uno de los aspectos que más puede llamar la atención a bote pronto es el potente sistema de bicicleta pública de Nueva York. El sistema Citibike cuenta actualmente con más de 600 estaciones, aproximadamente, 10.000 bicicletas y más de 10 millones de viajes en 2016. Además, se encuentra en continuo crecimiento, ya que para finales de este año espera alcanzar las 1.000 estaciones y 12.000 bicicletas. A pesar de su gran potencial, con una gran densidad de estaciones, la dificultad de encontrar estaciones llenas o vacías, el poco peso de las bicicletas y su sencillez o la conexión de diferentes barrios; Citibike presenta importantes inconvenientes. El primero de ellos es su alto precio, 163$ al año. El segundo, parecido al que sucede en Madrid, es que se el servicio da cobertura a las zonas centrales de la ciudad en Manhattan, Brooklyn, Queens y Nueva Jersey, sin llegar a las periferias, tanto geográficas como socioeconómicas.

Asimismo, destaca la política de open data de Citibike pudiendo consultar información relativa a número de viajes, trayectos, etc. lo que permite la realización de estudios o aplicaciones. En contraposición a la bici pública, otro aspecto a remarcar es el gran peso de la bicicleta privada, lo que indica un mayor compromiso por la bicicleta por parte de los ciudadanos. Este hecho se puede ver influenciado por la instalación de numerosos aparcabicis a lo largo de la ciudad que permiten estacionar la bicicleta sin molestar o impedir el paso de los peatones, tal y como se puede observar en la siguiente imagen. En este sentido, Madrid puede avanzar mucho en el futuro cercano.

Estas medidas también se han reflejado en la creación de carriles bici en las principales avenidas de la ciudad, siendo la actuación más emblemática el carril bici de Broadway. Sin embargo, tal y como se observa en las siguiente imágenes, la realidad de estos carriles es muy dispar, siendo alguno de ellos peligrosos para el peatón, el ciclista y el conductor. En otros casos, presentan configuraciones con un mayor nivel de calidad y seguridad, del estilo del carril de Santa Engracia.

Además, estos carriles bicis se complementan con una señalización propia para la bicicleta que guía al ciclista por los recorridos más seguros y rápidos, evitando zonas de conflicto con el automóvil. Esta señalización y protección es igualmente interesante en las zonas de obras. Dado que los inviernos neoyorkinos son muy severos, las obras de acondicionamiento de las calles y de los servicios que discurren por debajo de las calzadas se concentran en los meses de clima más benigno. Para evitar la afección a los carriles bici por parte de otros vehículos que ven reducidos su espacio, se tiende a proteger los carriles bici con vallas para que la bicicleta no se vea perjudicada.

Finalmente, es importante señalar que las políticas de promoción de la bicicleta no son aisladas, siendo tal vez éste el aspecto más interesante. Por un lado, la ciudad está desarrollando peatonalizaciones parciales de calles y plazas, sin necesidad de grandes inversiones (en ocasiones con la colaboración del sector privado), ya que éstas se realizan con jardineras o mobiliario urbano. Estas peatonalizaciones dan lugar a espacios de encuentro y estancia, generalmente gratuitos, para los ciudadanos, lo que redunda en una mayor calidad de vida. De esta forma, se consiguen grandes progresos en cortos espacios de tiempo y sin grandes afecciones a los presupuestos, aspectos que también precisa la ciudad de Madrid. Por otro lado, es importante la cooperación del transporte público con la bicicleta, promocionando combinar el metro con la bicicleta e informando al ciudadano de las mejores rutas para ir en transporte público con la bicicleta.

Sobre el autor
Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos y Máster en Sistemas de Ingeniería Civil por la Universidad Politécnica de Madrid. Actualmente se dedica a la explotación de redes de transporte.

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One thought on “Nueva York se sube a la bicicleta, ¿qué podemos aprender en Madrid?

  1. Excelente artículo. La movilidad sostenible se compone de que los medios de transporte en la ciudad interactúen de manera coordinada y eficiente. La bicicleta es un «nuevo» elemento que se va extendiendo y normalizando en su uso diario, por lo que es necesario crear las políticas y planes necesarios para desarrollarlo. Madrid, NY y otras ciudades están apostando por las infraestructuras pero la base de todo, es y será la educación vial. Saludos