Salvo por el llamativo detalle de que su construcción es en viaducto, hoy en día Aluche casi parece una estación más. Pero en su día fue todo un hito del transporte público madrileño. Se trata de la estación que introdujo el concepto de intercambiador en Madrid, es decir, un lugar en el que cambiar de un medio de transporte a otro fuese fácil, confortable y rápido.
Construida en los años 60 como una estación más del Suburbano de Carabanchel (más tarde línea 10), ha sido remodelada tres veces. La primera de ellas, de ampliación, fue a finales de los años 70 para poder asumir los viajeros que provenían del recién inaugurado ferrocarril a Móstoles, que partía de esta estación.
Sin embargo, la más importante fue la gran remodelación efectuada a mediados de los años 80, cuando Aluche era la segunda estación más utilizada de la red de Metro, y la primera en hora punta. Recién creado el Consorcio de Transportes, y con la intermodalidad en la mente, Aluche fue renovada y ampliada. Se crearon dársenas para los autobuses interurbanos que dan servicio a localidades del sur de Madrid, acceso directo al cercanías desde el espacioso vestíbulo de metro, aparcamiento disuasorio de 350 plazas y zonas de espera en el andén central en el que se concentraba el flujo de viajeros. De esta forma, cambiar entre los tres medios de transporte que se unían en ella requería muy poco trayecto a pie. Además, se creó una gran plaza peatonal presidida por el viaducto del metro y una torre con reloj, convirtiéndose en uno de los referentes del barrio.
La última remodelación de este intercambiador se ha producido en los últimos años, dando como resultado una ampliación del número de dársenas de autobuses interurbanos, que vuelven a estar concentradas bajo el viaducto de la estación.
Aluche fue todo un éxito que demostró que hacer más sencillo el intercambio entre medios es una forma muy eficiente de promocionar la movilidad sostenible. Hoy en día, acostumbrados a los grandes intercambiadores subterráneos con decenas de dársenas y líneas, los pequeños y en superficie como Aluche han recibido el nombre de áreas intermodales. Pero no cabe duda de que si este experimento de unir los medios de transporte en favor del usuario no se hubiera producido, hoy no podríamos disfrutar de aquellas grandes infraestructuras.
Es genial la idea que en su dia dio lugar a los intercambiadores, para facilitar el transito de pasajeros y como verdadero vector de la limitacion del uso de automoviles en la ciudad. Me parece un ariticulo de 10.
Eso es un criadero de mierda y de olores, pues no dispone de aseos, ni para publico ni para conductores, es lamentable que los pobres conductores tengan que orinar en la rueda del autobús, y que me dicen de las conductoras???.
Hace por lo menos dos años que no paso por allí y, por entonces, la estación de Metro de Aluche era la única que tenía la correspondencia con Cercanías señalizada con la clásica «galleta» de Renfe en lugar de con la «C» bocabajo. Supongo que ya se habrán ocupado de corregirlo.
Allí sigue, en las escaleras 😉
Ese cartel tendrían que declararlo Patrimonio Histórico. No cambia para nada mi vida, pero me alegra saber que sigue allí :-).