Hace pocos meses nos quejábamos de que Madrid era de las pocas grandes capitales europeas que no habían actualizado sus billetes a la tecnología sin contacto, y tras diez años de parálisis, es cierto que hemos avanzado mucho: el abono joven y normal de zona A ya solo existe en este soporte, y pronto se empezará con el resto de billetes. Sin embargo, al más puro estilo «¿quieres caldo? pues toma tres tazas» ahora tenemos hasta cuatro tipos de tarjeta sin contacto diferentes: la Tarjeta Transporte Público (para abonos mensuales), la Tarjeta Azul, el billete Bus+Bus y el Abono Turístico de Zona A.
Efectivamente, la buena noticia es que se está progresando en la integración en este nuevo soporte de todos los billetes. Pero no era necesario que se hiciera en soportes distintos, aumentando la complejidad de un sistema ya de por sí bastante desquiciante de entender para alguien que no lo use a diario: ¿no sería mucho más fácil que solo existiera una tarjeta en la que pudiésemos cargar los billetes que quisiéramos?
Por otra parte, utilizar un soporte como una tarjeta sin contacto para un billete no recargable como el Bus+Bus o el Abono Turístico es un auténtico desperdicio de dinero para la administración y el usuario. El valor de cada tarjeta está calculado en unos tres euros, que no se recuperan ya que al agotarlas el usuario no puede recargarlas.
Nuestra propuesta: una tarjeta personalizada y otra anónima
La solución más sencilla nos la dan otras capitales europeas, en las que existen dos tipos de tarjetas sin contacto, ambas recargables. La primera es anónima y en muchos casos de cartón en vez de plástico, se puede comprar al instante en las taquillas o máquinas autoventa sin necesidad de dar nuestros datos en una oficina, ideal para usuarios muy ocasionales o turistas. En ella podemos cargar saldo o viajes, según cómo funcione el sistema. La segunda es la que llamamos en Madrid Tarjeta Transporte Público: una tarjeta de plástico, más resistente, con identificación del titular y que además de los billetes anteriores permite acceder a otros a los que tenga el derecho el titular por su edad o circunstancias sociales: abonos para jóvenes, tercera edad, desempleados, etc.
De esta manera todo el mundo puede tener al instante su tarjeta para el transporte público y con ella obtener el billete que más le interese en cada momento. Esperemos que llegue un día en Madrid en el que todos tengamos nuestra tarjeta (anónima o personalizada) y con acercarnos a una máquina de venta, cajero automático o tienda, podamos elegir qué billete recargarle: saldo, un abono diario, semanal o mensual o cualquier billete especial al que tengamos derecho por nuestras circunstancias.
En Lisboa utilizan unas tarjetas sin contacto, pero de carton, lo que parece más adecuado para estos abonos de uso temporal.
¿Para cuando una tarjeta en la que se pueda recargar un abono transportes con 30 días de uso real y no 30 días naturales?
Yo creo que si se ponen a innovar, va a ser después de la transición total…
¿Hablas de 30 días de uso, y si un día no la usas no se te descuenta?
Eso es, 30 días de uso real. Ya lo uses solo para coger un bus o lo uses para coger 300 metros y autobuses.
30 días de uso real en la zona correspondiente.
Seria estupendo, pero no lo espero de nuestros politicos
Si te fijas, con la actual TTP ya pierdes dias añ año, asi que de darte mas dias sin subir los precios….
Me refiero, si por ejemplo yo lo uso solo para ir a trabajar entre semana, ¿porqué perder el dinero de los fines de semana que no lo uso? O si una semana no lo uso porque me voy de vacaciones, ¿porqué perder ese dinero si la tecnología permite repartir los 30 días en días «útiles»?
Creo que sería lo más justo.
A mí hay una alternativa que me gusta más, y es que el pago sea por contrato. Como el móvil.
Esto es: tú utilizas tu tarjeta a lo largo de un mes como te venga en gana, y al final, te llega una factura a casa. Si la has usado poco, te cobran por viaje, si la has usado mucho, se te aplica el bono que más ahorro te suponga (con un sistema automático, esto no es complicado de calcular). Así no tendrías que pensar «¿necesito abono este mes?»: simplemente usas el transporte público con la tranquilidad de que si es poco, pagarás poco, y si es mucho, como máximo pagarás el coste mensual.
A mí hay una alternativa que me gusta más, y es que el pago sea por contrato. Como el móvil.
Esto es: tú utilizas tu tarjeta a lo largo de un mes como te venga en gana, y al final, te llega una factura a casa. Si la has usado poco, te cobran por viaje, si la has usado mucho, se te aplica el bono que más ahorro te suponga (con un sistema automático, esto no es complicado de calcular). Así no tendrías que pensar «¿necesito abono este mes?»: simplemente usas el transporte público con la tranquilidad de que si es poco, pagarás poco, y si es mucho, como máximo pagarás el coste mensual.
La Bus+Bus es de plástico?
Qué necesidad había de hacer la Trajeta Azul distinta?
Que su mayor bolsa de votantes se sientan cuidados, electoralista a tope…
La piramide poblacional en que estamos y a la que vamos ya nos dice cules seran los incentivos de la clase politica.
Realmente eso es lo de menos, mientras internamente las tarjetas sean iguales, da igual lo que hay por fuera, y normalmente un beneficiario de la tarjeta azul lo es siempre… lo que no quita que si le apetece cargar un abono B1 debería poder cargarlo, por ejemplo.
Lo de tarjetas distintas no me parece del todo mal, sobre todo para el tercera edad o para abonos de colectivos especiales cómo familias numerosas… De esa manera facilitamos al personal cuando vayan a renovar el abono que pueda expedirlo con total tranquilidad de no equivocarse y de que no le estén «tongando».
Pero si lo expide una máquina…
Aunque lo expida una máquina, estas fallan y cuando fallan alguien te tiene que ayudar con ellas. Igualmente las tarjetas fallan y en el resguardo del ticket cuando compras el abono no sé si pondrá el número de tarjeta, si no lo pone y la tienes averiada puedes hacer que algún amigo que tenga otro tipo de abono y puedas dar el pego lo saque con su tarjeta y enseñar el resguardo de su pago con tu tarjeta y el conductor/taquillero poco va a comprobar y aunque ponga el número con gran afluencia de publico puede con las prisas no mirarlo tan detenidamente, al ser distintas si vas con un resguardo de una tarjeta verde y te plantas con una azul das rápido el cante y es más fácil pillar el fraude