Uno de los criterios clásicos a la hora de definir el nombre de una estación o de sus accesos es identificarlos de manera inequívoca para el común de los usuarios, en especial cuando una misma parada posee multitud de bocas. Es el caso de Callao donde muchos de sus accesos se identifican con edificios próximos como el Palacio de la Prensa, el antiguo Galerías Preciados o el que hoy nos ocupa, el acceso del Cine Avenida.
Los que nacieron a partir de principios de los 90 probablemente no lo recuerden, pero el Cine Avenida era uno de los más conocidos centros de exhibición de películas de la Gran Vía. Con casi 80 años de existencia en 2007 cerró sus puertas y dejó paso en 2009 a una tienda de una conocida cadena de ropa, perdiéndose para siempre esta vinculación del nombre del acceso con el espacio urbano. Por ello desde ecomovilidad.net proponemos que este acceso se renombre a Gran Vía (impares), siguiendo la lógica imperante en el resto de la red.
Parece una nimiedad, pero no lo es.
Los nombres de las paradas fueron un tema controvertido en la ampliación del Metro a VillaVerde, hasta el punto de cobrar más relevancia que la propia llegada de este medio de transporte colectivo al popular barrio madrileño, histórica desde cualquier punto de vista.
De ahí vienen esos nombres compuestos separados por un guión en las paradas más al Sur. Sensibilidades culturales, supongo.
Sensibilidades acompañadas por la Pantoja, paella gratis para el pueblo y limonada en los chiringuitos del pp.
Madre mía, que fiestón al que asistí personalmente y del que guardo vivos recuerdos verlanguianos…