De promesas a hechos (y 5): otras cuestiones

Para acabar el análisis sobre las políticas que se llevarán a cabo en Barcelona en materia de movilidad como consecuencia de la victoria de Convergència i Unió en las elecciones municipales, hoy repasaremos, entre otros, aspectos como las tarifas del transporte público, la seguridad y los intercambiadores.

TARIFAS Y FRAUDE

En el ámbito de las tarifas, durante esta legislatura CiU no debiera tener problemas para contar con el apoyo del PP a la hora de ampliar la gratuidad del transporte público hasta los 16 años, pues esta idea, que ha acabado siendo una de las propuestas estrella de la coalición nacionalista, era muy similar a la que sobre esta misma materia formuló el PP.

Por otro lado, CiU contaría al menos con el apoyo de Unitat per Barcelona si promoviese la incorporación de Sant Cugat del Vallès en la zona tarifaria 1, cuestión sobre la que el responsable del Departament de Territori i Sostenibilitat de la Generalitat de Catalunya también se ha mostrado favorable. Asimismo, parece factible que Convergència i Unió logre el apoyo de otras formaciones si adopta medidas para luchar contra quienes viajan sin billete en el transporte público. Algo más difícil será, seguramente, conseguir la integración en una misma tarifa del Tramvia Blau y del funicular del Tibidabo.

Convendría, no obstante, que CiU se mostrase a favor, como hace ICV-EUiA en su programa electoral, de rediseñar la estructura tarifaria con el objetivo de premiar a los usuarios más fieles, con menos recursos o que utilizan el transporte público para ir a trabajar o a estudiar, así como de diseñar una gama de títulos de transporte que invite a los ciudadanos a utilizar abonos ilimitados.

SEGURIDAD

En este ámbito, CiU proponía en su programa electoral aumentar la vigilancia en las estaciones y en los trenes de Rodalies, especialmente por la noche, de madrugada y los fines de semana, siendo este un tema en el que, con toda probabilidad, contará con el apoyo de todas las formaciones políticas. La coalición nacionalista también apostaba por implantar nuevos sistemas de vigilancia y control en las líneas de bus nocturnas, así como en las diurnas más conflictivas. Parece lógico que, aunque ningún otro partido incluía expresamente esta propuesta en su programa electoral, podrá tirarla adelante sin problemas a lo largo de la legislatura. Asimismo, CiU apuesta por instalar mamparas de seguridad en las estaciones de metro más concurridas, medida que, seguramente, también logrará el visto bueno del resto de formaciones.

INTERCAMBIADORES

En esta materia, previsiblemente logrará el apoyo de la mayoría del pleno municipal la propuesta de crear intercambiadores en La Sagrera y en Zona Universitària, pues es una medida planteada por CiU, por el PSC y por ICV-EUiA, así como mejorar el de Sants-Estació, cuestión que defienden CiU y el PSC. Menor grado de consenso existe, si nos guiamos por lo dispuesto en los programas electorales, sobre la conveniencia de crear intercambiadores en Arc de Triomf (pues lo reivindican CiU e ICV-EUiA), así como en Glòries y Ernest Lluch (que reclama únicamente CiU).

OTROS

Finalmente, conviene destacar diferentes propuestas que no pueden ser incluidas en los apartados descritos hasta ahora. Así, en relación con la cuestión de los horarios del transporte público, CiU probablemente contaría con el apoyo de otras formaciones para mejorarlos especialmente en Vallvidrera-Les Planes y para equipararlos a los del resto de Barcelona. Por otra parte, CiU y Unitat per Barcelona entienden que sería necesario diseñar un plan de acceso en bus a los polígonos industriales y mejorar la oferta actual. Desde ecomovilidad.net Barcelona también vemos con buenos ojos la idea de potenciar el carsharing, de acuerdo con la propuesta del PSC y de ICV-EUiA.

Asimismo, consideramos que, como prevé el programa electoral del PSC, convendría mejorar la movilidad en el entorno del Camp Nou, sobre todo los días en que se celebra un partido, y crear en el barrio de Baró de Viver un centro de formación profesional vinculado al ferrocarril y a los autobuses. Por último, habría que dotar de prioridad semafórica al tranvía, como señala ICV-EUiA, y, siguiendo la propuesta de Unitat per Barcelona, crear una red de transporte público plenamente integrada en materia de nomenclatura, intercambiadores, tarifas, servicios y oferta.

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