¿Como funciona? 5. El Centro de Gestión de la Movilidad del Ayuntamiento de Madrid

Seguro que muchos os lo habéis preguntado, ¿como se regula el tráfico en una ciudad como Madrid? ¿desde donde se controlan las cámaras? ¿como pueden saber el número de vehículos que pasan por una calle a una determinada hora? Todo esto y mucho más es lo que se hace desde el Centro de Gestión de la Movilidad del Ayuntamiento de Madrid, situado en el madrileño barrio de San Blas.

Antes de nada cabe reseñar que es altamente complejo gestionar el tráfico viario de una ciudad como Madrid. El dato es simplemente impresionante: Más de 23.000 semáforos, entorno a 5.500 lazos detectores del vehículos, decenas de cámaras de tráfico… y 195 de anillos de fibra óptica que permiten que cualquier punto de la ciudad se encuentre a menos de 500 metros de un punto de conexión a esta red.

Hasta 2005 toda esta red era inconexa y en muchas ocasiones sus instalaciones (en particular las de comunicaciones), se encontraban obsoletas. Redes de datos basadas de pared de cobre con velocidades inferiores a las de un modem doméstico de 56 kbps, sistemas incompatibles heredados de otras administraciones (como por ejemplo los de control de la M-30)  y un claustrofóbico centro de control de pantallas situado en los bajos de la Casa de la Villa eran los mimbres con los que diariamente había que gestionar la movilidad de la tercera capital europea

Pero en 2006 el cambio fue de 180 grados. Mediante una fuerte inversión que supuso el despliegue de 102 centros de interconexión se articuló una verdadera red de servicios que permite que todos los instrumentos de gestión de la movilidad actúen al unísono y de manera sincronizada. Así, gracias al nuevo software SICTRAM (Sistema Integral de Control de Tráfico de Madrid) los anillos detectores de vehículos son capaces de interactuar con los semáforos y las pantallas de mensaje variable consiguiendo, por ejemplo desviar el tráfico de la Castellana a Serrano en el caso de que detecten un embotellamiento en esta primera vía y una intensidad de tráfico inferior a la normal en la segunda.

SICTRAM actuando en el cruce de Alcalá con Gran Vía

Aunque el software siempre facilita las cosas, no de puede confiar todo a las maquinas, siempre ha de haber un operador detrás.  Hasta 35 son los que trabajan en el Centro de Gestión de la Movilidad, las 24 horas del día los 365 días del año. Técnicos  agentes de movilidad, personal de los diferentes equipos de emergencias presentes en nuestra ciudad… todos ellos trabajan desde el Centro gestionando y coordinando la respuesta a las incidencias que diariamente se producen en nuestra ciudad.

Incidencias que van desde cuestiones tan a priori sencillas como gestionar la salida de una dotación de bomberos de un parque (a modo de ejemplo cada vez que sale un camión del parque de la Plaza de Manuel Becerra hay que parar el tráfico en ambos sentidos de la calle Alcalá) o atender un atasco en un bolardo retráctil de los que controlan el acceso a las APR a actuaciones altamente complejas como la gestión del tráfico ante manifestaciones, eventos deportivos o crisis naturales como la nevada de 2010. Todo ello pasa por el Centro de Gestión de la Movilidad.

A pesar de todos estos avances aún estamos muy lejos de otras ciudades europeas en lo que a la gestión de la movilidad se refiere. No cabe duda de que la gestión centralizada del tráfico rodado redunda en una mejor regulación del mismo y, por ende, una mayor fluidez pero se peca de una excesiva visión «cochista». Así, mientras que en otras ciudades los autobuses tienen sistemas de prioridad semafórica aquí se atascan como un vehículo más. Y no es por falta de tecnología ya que la línea 1 de Metro Ligero tiene sistemas de prioridad semafórica en sus cruces en superficie, es una vez más un problema de voluntad política.