Hace unas semanas, TMB hizo público que en breve comenzará a reestructurar su red de autobuses. Ello comenzará este año y se culminará en el 2014, aproximadamente, dando lugar a una red, llamada Retbus, mucho más rápida que la actual.
Así, paulatinamente se implantarán líneas de alta velocidad que pasarán por 11 calles, 6 en sentido mar-montaña y 5 en paralelo al mar. Estas líneas, con paradas más espaciadas que las actuales (de 430 y 650 metros de distancia entre ellas), tendrán alta frecuencia y prioridad semafórica, con lo que ganarán en velocidad y reducirán el tiempo de trayecto de los usuarios.
La red Retbus tendrá una identidad diferente a la habitual en Barcelona, ya que dispondrá de autobuses 8 metros más largos que los actuales y con un color diferente al rojo, aunque será operada igualmente por TMB. Se calcula que la utilizarán más de 350.000 personas al día, que equivale aproximadamente a la mitad de las que usan la red actual.
En resumen, el Retbus tendrá las siguientes características:
– Red ortogonal en forma de malla, con 11 líneas (6 verticales y 5 horizontales)
– Velocidad comercial superior a la actual
– Distancia entre paradas de 430-650 metros
– Intervalo de paso de 3-5 minutos
– 270 nuevos autobuses de gran capacidad
– Prioridad semafórica y posibilidad de uso del trazado del tranvía
– Posibilidad de ir a cualquier punto de la red con un solo transbordo, que será fácil y rápido
La intención de TMB es que la red Retbus empiece a funcionar este año en el tramo de la Ronda del Mig e ir implantándola en masa una vez esté acabado el proyecto de la L9, en principio de aquí a 4 años, en el 2014.
Actualmente muchísima gente no usa el bus por ser muy lento y por tener una frecuencia de paso muy inferior al metro. Parece que este acertado modelo que se plantea soluciona esos problemas, ya que cada 3-5 minutos pasará un vehículo triple de gran capacidad y, gracias a la prioridad semafórica y a su reducido número de paradas, llegará en un tiempo récord a su destino.
Una política decidida en este sentido se hace más necesaria que nunca, por cuanto, año tras año, el bus ha ido perdiendo paulatinamente velocidad comercial en Barcelona.