¿Hacia dónde debería ir FGC?

Recientemente os explicábamos que a finales de julio se recuperaron los trenes semidirectos en la línea Llobregat-Anoia de FGC, gracias a los cuales quienes van a Barcelona desde, por ejemplo, Manresa, Igualada o Martorell ya no se ven obligados a parar en prácticamente todas las estaciones.

Eso es posible con las nuevas líneas R50 y R60. Pese a que tienen el mismo origen y destino que la R5 y la R6, respectivamente, existe, respecto a estas, una diferencia fundamental. Y es que, mientras actualmente la línea R5 no para en tres estaciones a lo largo de todo su recorrido (en concreto, Colònia Güell, Santa Coloma de Cervelló y Martorell Vila / Castellbisbal), la línea R50 se salta un total de once paradas (Magòria La Campana, Molí Nou Ciutat Cooperativa, Colònia Güell, Santa Coloma de Cervelló, Can Ros, Quatre Camins, El Palau, Martorell Vila / Castellbisbal, Martorell Enllaç, Aeri de Montserrat y Castellbell i el Vilar).

Algo muy similar ocurre con las líneas R6 y R60, pues mientras que la R6 no efectúa parada en dos estaciones (Colònia Güell y Martorell Vila / Castellbisbal), la R60 no se detiene en once (Magòria La Campana, Molí Nou Ciutat Cooperativa, Colònia Güell, Can Ros, Quatre Camins, Pallejà, El Palau, Martorell Vila / Castellbisbal, Martorell Enllaç, La Beguda y Can Parellada).

En consecuencia, con las nuevas líneas exprés R50 y R60 se eliminan bastantes paradas en los trayectos largos. El problema es que estas líneas tienen una presencia meramente testimonial, con solo tres expediciones por ramal y sentido, de lunes a viernes. En nuestra opinión, convendría potenciar este tipo de servicios exprés, estableciendo nuevas expediciones de lunes a viernes e implantándolas también los sábados, los festivos y los laborables del mes de agosto. Entre semana es cuando los usuarios más valoran que los trayectos sean rápidos, por lo que las líneas R50 y R60 seguro que ganarían adeptos rápidamente, mientras que los sábados, los domingos y durante el mes de agosto resultaría más fácil implantar los trenes semidirectos, puesto que hay menos convoyes en circulación y, por lo tanto, se producirían menos problemas de convivencia entre los trenes que parasen en todas las estaciones y los que parasen solo en algunas de ellas.

Nos parece acertada la decisión de FGC de que no todos los trenes paren en estaciones con muy baja demanda, incluso aunque se encuentren en los tramos con poca oferta, como sucede con Castellbell i el Vilar, La Beguda o Can Parellada. No obstante, respecto a la situación anterior a la creación de los “metros comarcales”, ahora se sacrifican más las estaciones de las zonas tarifarias 2, 3, 4 y 5 que las de la zona 1, ya que en esta última prácticamente todos los trenes se detienen en todas las estaciones.

De hecho, entre la estación de Barcelona-Pl. Espanya y la de Sant Boi ahora paran todos los trenes en todas las paradas, a excepción de los de las líneas R50 y R60, que se saltan una, mientras que antes de la llegada de los “metros comarcales” las líneas R5 y R6 se saltaban cuatro paradas en este mismo tramo. O, dicho de otra manera, si antes se podía ir de Barcelona-Pl. Espanya a Sant Boi parando solo en tres estaciones intermedias, ahora hay que detenerse en siete u ocho paradas. La comparativa resulta peor aún si se toma en consideración el trayecto entre Barcelona-Pl. Espanya y Martorell Central, pues mientras que antes de la llegada de los “metros comarcales” las líneas R5 y R6 se saltaban trece estaciones, ahora solo se saltan dos y tres, respectivamente.

Teniendo en cuenta que actualmente L’Hospitalet de Llobregat y Cornellà de Llobregat disfrutan de una oferta amplísima de trenes (pues todas las líneas de FGC paran en todas sus estaciones, cosa que no sucede en el resto de municipios; ni siquiera en Barcelona), ¿no sería justo pedirles que renunciaran a algún tren a cambio de que los usuarios que vienen, por ejemplo, de Martorell, Olesa de Montserrat, Piera, Manresa o Igualada pudieran hacer su trayecto hasta Barcelona en menos tiempo?

El principal problema que, en nuestra opinión, ha tenido FGC en las dos últimas décadas no ha sido la falta de inversión en el mantenimiento de la infraestructura, como sucedió con Rodalies Renfe, sino la creación de estaciones con una demanda bastante discreta.

Así, la proliferación de paradas (Ildefons Cerdà, Europa / Fira, Almeda, Colònia Güell, Santa Coloma de Cervelló, Quatre Camins, El Palau, Martorell Enllaç, etc.) y el empeño por soterrar el tren sin antes cuadruplicar las vías para poder crear servicios semidirectos acabó obligando a implantar el llamado “metro comarcal”, que se basaba en que prácticamente todos los trenes pararan en todas las estaciones. De esta manera, se ofrecía a los viajeros más frecuencia de paso a cambio de un mayor tiempo de viaje. Ello tenía efectos perversos, pues la mayor frecuencia de paso obligaba a poner más trenes en circulación, lo cual implicaba un encarecimiento de la explotación del servicio, mientras que la ampliación de los tiempos de viaje, que se notaba especialmente en trayectos largos, acarreó la pérdida de pasajeros, sobre todo de 3 o más zonas tarifarias, que son quienes más contribuyen al sostenimiento del transporte público.

Por eso, creemos que FGC debería poner más trenes semidirectos y sacrificar en mayor medida las estaciones de la corona 1 a la hora de determinar dónde no pararían todos los trenes, tal y como sucedía hasta el año 2007. De esa manera probablemente podría recuperar muchos pasajeros de las coronas 3, 4, 5 y 6.