En ecomovilidad.net Barcelona hemos hablado en varias ocasiones de los perjuicios que causan quienes no validan su billete y quienes utilizan un título de transporte de manera inadecuada, como usar indebidamente la Tarjeta Rosa, la T-4 o un billete con menos zonas de las que se recorrerán. Para acabar con estos comportamientos incívicos, los operadores adoptan diferentes medidas: campañas de concienciación, aumento del número de inspectores y de vigilantes de seguridad, sustitución de los torniquetes de acceso por puertas deslizantes, obligación de validar el billete para salir, etc. Como es lógico, estas actuaciones tienen un coste muy elevado, que al final pagamos entre todos.
Por eso nos sorprende lo fácil que resultó colarse hace unos días en la estación Palau Reial de la línea L3 de metro. Y es que, como podemos ver en la fotografía que ilustra hoy esta sección, alguien ató la puerta por la que habitualmente solo entran, previa apertura por parte del personal de TMB, viajeros con cochecitos de bebé o trabajadores que llevan a cabo labores de mantenimiento en la estación. Suponemos que quien lo hizo pensó que así podría entrar y salir sin molestias tantas veces como necesitara, pero no tuvo en cuenta que esta decisión se contradice con los intereses de TMB y da una imagen absolutamente opuesta a la que esta empresa quiere ofrecer.
Si, por algún motivo, es necesario dejar abierto permanentemente un acceso, deberían adoptarse las medidas que impidieran que este fuera un coladero para todo aquel que pretendiera entrar en el metro sin pagar. Lamentablemente, en el caso que nos ocupa no había ningún trabajador de TMB en el puesto del jefe de estación, ni vimos vigilantes de seguridad o trabajadores de mantenimiento en los pasillos, vestíbulos, escaleras, ascensores o andenes de la estación. A saber durante cuánto tiempo Palau Reial recibió a los pasajeros, y nunca mejor dicho, con las puertas abiertas…