Volvemos a hacer un repaso por cómo sería la movilidad de Madrid si desde hace décadas se hubieran tomado las decisiones más valientes y sostenibles.
Calles sostenibles
Marta sale del metro y como cada tarde al volver del trabajo, se acerca a un puesto de bicicletas públicas situado junto al acceso. Desbloquea una de ellas con su misma tarjeta de transportes y se pone en marcha.
El camino es fácil, siempre por la calzada. Las señales recuerdan a los conductores de coches que ésta es compartida, aunque existen carriles bici (nunca sobre acera, por supuesto) en algunos tramos más problemáticos de la ciudad, como las cuestas. El día es apacible y los niveles de contaminación muy bajos, como suele ser normal en Madrid, y así puede comprobarse en los paneles electrónicos que hay de cuando en cuando por la calle. Llega a su destino y aparca la bicicleta en otra estación de Mybici. Como el recorrido ha sido de menos de media hora, el trayecto no le descuenta saldo porque está incluido en su cuota anual.
Más tarde, Marta y un amigo deciden tomar algo por la calle. Es un tranquilo día de primavera y las amplias aceras permiten que la gente pasee, mire escaparates o se tome algo en una terraza. Los pasos de peatones para cruzar la calle son cómodos y están coordinados entre sí, de modo que no hay que esperar varias fases del semáforo para poder cruzar del todo: la calle se diseñó para que peatones y transporte público tuviesen preferencia. De hecho, el uso de la bicicleta en Madrid es tan masivo que existen grandes aparcamientos en algunas zonas para que estén seguras.
Numerosas calles peatonales (entre ellas, todo el centro de la ciudad) permiten ir de compras o sentarse relajadamente sin más ruido que el de la gente pasando. Ni bicicletas ni motos pasan por ellas para permitir un dominio total del peatón, que sólo se ve interrumpido en las escasas ocasiones en que un silencioso taxi debe acercar a la puerta de su casa a una persona con problemas de movilidad.
La moto además ha encontrado su lugar en la ciudad: hace años se reconvirtieron plazas de aparcamiento de coches en plazas para moto, permitiendo un mejor aprovechamiento del espacio y el destierro total de las motos aparcadas en la acera. La carga y descarga de los comercios se posibilita con espacios reservados en las calles laterales, donde no puede estacionar ningún otro coche que los autorizados para ello hasta el mediodía.
Los grandes ejes de la ciudad cuentan con líneas de un ágil tranvía que transporta cientos de personas de manera silenciosa y con gran eficiencia energética. Al igual que los autobuses, cuenta con prioridad semafórica y plataforma reservada, en algunos tramos compartida con éstos.
Imagen: Tranvía para la recuperación de la Castellana
Un sistema de transportes coordinado por el Consorcio
Hablar de transporte público en Madrid es hacerlo del Consorcio de Transportes. Es la marca más potente que todo el mundo reconoce, y que está presente en los vehículos, estaciones, billetes y publicidad, y que ha llegado a ser un sinónimo de movilidad sostenible. El Consorcio de Transportes gestiona el transporte público e incluso los sistemas de bicicleta pública, que aunque se encuentren en diferentes localidades son compatibles entre sí.
Las campañas de publicidad son competencia exclusiva del Consorcio de Transportes, que elabora algunas muy potentes con razones para viajar en transporte público, compartir coche, utilizar la bicicleta, etcétera. Los operadores apenas tienen presencia publicitaria.
El Consorcio de Transportes también se encarga de editar diferentes publicaciones, como las guías de viaje, los planos integrados… y en los últimos años ha lanzado una página web con toda la información completamente interactiva y aplicaciones para smartphones.
En este Madrid paralelo, las ampliaciones del metro o cercanías las deciden los técnicos. El debate sobre cuántos kilómetros de metro va a hacer cada partido político en campaña electoral nunca se ha dado. El Consorcio es un ente independiente y con gran autoridad, completamente volcado con la movilidad sostenible y es quien marca las necesidades de Madrid en cuestiones de infraestructuras de transporte público, en coordinación con la Consejería de Transportes.
Renovar abono anual tercera edad
Lo que es realmente triste es que esto no sea realidad: «En este Madrid paralelo, las ampliaciones del metro o cercanías las deciden los técnicos»
Ojalá..quizá algún día la realidad se acerque a lo que hayáis descrito. Creo que aunque tenga que pasar tiempo no quedará más remedio que ir ganando espacio para los peatones, porque si no la contaminación nos va a acabar matando. El aire de Madrid es realmente asqueroso, y qué decir del ruido, atascos, prisas, estrés….aggggggggg.
Uauh, por momentos me habéis hecho sentir como un niño cuando le cuentan un cuento, hahaha.
Creo que os habéis pasado, ni con infinitos universos puede haber un Madrid así. Salvo que la Merkel se deje de historias y nos haga nuevo lander 😛
Muy bueno. Aunque hoy aun sea una utopía. Los que creemos en ello sabemos que todo llegara, y que no hay más que esperar un poco más.
La razón caera por su peso, y el uso/abuso del coche también. El abuso de la contaminación contra la salud de todos los ciudadanos. El desorden del espacio urbano por la dictadura de los motorizados.
La calma, y el aire limpio seran otra forma de vivir.