No llegó a ser: el viaducto en la Casa de Campo para la línea 10

Príncipe Pío, poco antes de su inauguración

Príncipe Pío, poco antes de su inauguración

Hoy en día, cualquier viajero que tome el metro en Lago o en Plaza de España puede llegar sin problemas a Príncipe Pío. Pero hasta hace unos años, este recorrido no era posible: el trazado de la línea 10, el antiguo ferrocarril suburbano, iba de Lago a Plaza de España sin pasar por este intercambiador. En Príncipe Pío sólo había una línea de metro: el Ramal, y la estación para metro se llamaba Norte.

Desde finales de los 80 surge la necesidad de ampliar Príncipe Pío. Allí, además del Ramal y el cercanías, se iban a dar cita la línea 6 (que se convertiría en circular) y la 10 (que alteraría su trazado para pasar por allí).

Dentro de la complicación que es hacer una obra tan grande, cerrar la línea 6 fue cuestión de tiempo. Los mayores problemas los planteó la línea 10: Ayuntamiento y Comunidad, en manos de partidos políticos diferentes, se enzarzaron en una pelea por las alternativas de trazado: subterráneo o aéreo.

El problema se plantea al definir cómo se va a modificar la línea 10. Junto a la estación de Príncipe Pío se encuentran el río Manzanares y la M-30. El proyecto de la Comunidad, en 1993, era que las dos vías de la línea 10 fuesen por separado, para abrazar a la 6 en la estación y efectuar el transbordo al mismo nivel. Una de ellas iría en subterráneo, pero la otra cruzaría la Casa de Campo, la M-30 y el río Manzanares en viaducto.

trazadoL10

El Ayuntamiento de Madrid se opuso totalmente a esta idea: pedían que ambas vías fuesen subterráneas. Según los primeros estudios, esto requeriría que uno de los dos andenes de la línea 10 se situase unos cuatro metros por debajo del resto de la estación, dificultando el movimiento de viajeros. Además, esta solución suponía un mayor gasto en la obra y un retraso de dos años. La Comunidad se oponía, pues las vías tendrían que tener una inclinación de más del 4,5% para salvar el río por debajo.

Meses después, en 1994, las posiciones seguían enfrentadas. El Ayuntamiento propuso otra idea: mantener el antiguo trazado de la línea 10 entre Lago y Plaza de España, y construir una nueva estación entre ambas, que se comunicaría con Príncipe Pío con pasillos rodantes de 250 metros de longitud, que se recorrerían en un tiempo de entre dos y cinco minutos. Para construir esta nueva estación, el ayuntamiento afirmaba haber encontrado un tramo de 250 metros llanos en el túnel, algo que la Comunidad negaba.

Mientras tanto, la Comunidad había adjudicado las obras del viaducto y se había autoconcedido el permiso para ejecutarlas. El Ayuntamiento amenazó con enviar a la policía municipal a pararlas si alguna máquina de obra entraba en la Casa de Campo.

Maqueta del viaducto que se habría construido para que la línea 10 salvase el río Manzanares

Maqueta del viaducto que se habría construido para que la línea 10 salvase el río Manzanares

La polémica continuó durante meses, hasta que en 1995 llegaron las elecciones autonómicas y la Comunidad cambió de partido político. El nuevo director general de Infraestructuras presentaba la solución al problema que llevaba discutiéndose años: el trazado de la línea 10 sería subterráneo, y para salvar ese desnivel, los andenes de la línea 10 se prolongarían unos 20 metros a lo largo. «Es una solución de colegial», afirmó el que después sería presidente de Metro.

De esta forma pudieron cumplirse las pretensiones de ambas partes: por una parte, que no se afectase en superficie a las vistas de la cornisa ni a la Casa de Campo; y por otra, que los viajeros pudieran transbordar cómodamente de la línea 10 a la 6 sin necesidad de cambiar de andén, en muchos casos.

¿Te has fijado alguna vez que, cuando llega un tren de la línea 10 a Príncipe Pío, parece surgir de la tierra? Las vías utilizan un trozo del andén (que no se utiliza) para superar el desnivel que parecía hacer imposible este transbordo.

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11 thoughts on “No llegó a ser: el viaducto en la Casa de Campo para la línea 10

  1. Una de las cosas que más me ha admirado siempre de Madrid es el proceso de cambio vivido en Príncipe Pío, hasta dar lugar a un intercambiador tan útil y masivo.

    Probablemente hubiera hecho falta la misma ambición o más, para resolver el caso de Atocha. Francamente, el transporte urbano hasta la estación más importante de Renfe es muy insuficiente. Suerte de Cercanías, pero aún así se podría haber planteado alguna actuación triple, bien planificada y con visión de futuro, siguiendo el ejemplo de Príncipe Pío y abandonando ideas contrararias a la buena accesibilidad del transporte público, como es la estación del AVE en Abroñigal. Sólo de oir esa idea me estremezco…

    1. En numerosos estudios previos, se contemplaba la llegada de una segunda línea a Atocha: La L-8 desde Pº Prado. Y hasta una tercera, la L-11 (antes llamada L-8 «bis») desde Pza Elíptica.

      Incluso se rumoreaba que en Pta de Atocha hay un cajón preparado para albergar la L-11. Yo tengo mis dudas sobre esto último.

      Planificación había, pero claro, del dicho al hecho…. ¡hay un trecho!

      1. Yo nunca he leído que el espacio ya esté hecho. Lo que sí se (por las notas de prensa de Fomento) es que aprovechando la ampliación de Atocha-Cercanías se construirá la estación de metro. Algo parecido a lo de la T4.

        Eso sí, Fomento no explica si es para la línea 11, 15 o 26; sólo que hará la estación.

        A Manu: Hacia el sur la línea 10 va por debajo de la 6. En este reportaje se indica el por qué. Sin embargo, hacia el norte CREO que es el túnel de la línea 6 el que desciende

  2. Como aficionado al Metro, sin duda hubiera sido bonito ver un viaducto por ahí al estilo parisino, aunque reconozco que es más funcionalel túnel. Más que nada porque tarde o temprano acabaría bajo tierra el invento…

    Un saludo.

  3. Adri, en aquella disputa había colores diferentes: el PP en el Ayuntamiento, con Álvarez del Manzano como alcalde, y el PSOE en la Comunidad, con Leguida de Presidente. Fue con la llegada de Ruiz-Gallardón cuando se desbloqueó el proyecto.

  4. La rivalidad política en muchos casos ha acabado siendo un lamentable espectáculo de líderes tirándose los trastos a la cabeza. Lo mas reciente han sido los 5 años de conflicto Comunidad-Fomento, que casi prefiero no recordar.

    Este artículo refleja una disputa de igual color en diferente administración: Ayuntamiento vs. Comunidad. Su resolución, ya lo cuenta el artículo, se puede resumir en «hagamos cualquier cosa, menos eso», como así fue.

    Me recuerda al caso del Bordillo de Barranco, el del carril-bus. Bordillo defenestrado por la oposición durante años, y que hoy reaparece en forma de «aletas de tiburón» :/

  5. ¿Al más puro estilo Tita Cervera? Me da que no hubiera llegado a la Presidencia de la Comunidad.

    Lo que me sorprende es que el PP municipal en su momento defendiera el trazado subterráneo para no afectar a la vista de la Cornisa; la misma cornisa que el mismo grupo municipal, años después, autorizó que fuera modificada (los más críticos dicen «destrozada») para hacer el llamado «Vaticano de Madrid».

  6. Cómo olvidar a la entonces concejala de Medio Ambiente, Esperanza Aguirre, amenazando con encadenarse a las máquinas si empezaban las obras.