Condenamos los actos vandálicos en los FGC de la UAB

El pasado martes la estación de FGC de la Universitat Autònoma fue objeto de un ataque por parte de una veintena de jóvenes encapuchados. Aprovechando el cambio de turno de los trabajadores de la estación, que hace que la vigilancia en las instalaciones se reduzca durante unos minutos, los jóvenes rociaron con pintura y destrozaron las máquinas de autoventa de billetes y las validadoras.

Estos destrozos, que ocasionaron unos daños por valor de 150.000 euros, se suman a otros padecidos en esa misma estación últimamente y parecen tener su origen en la reciente decisión de FGC de obligar a pasar los títulos de transporte por las validadoras al salir de la estación para combatir el fraude.

Se da la circunstancia de que las estaciones de Rodalies y FGC de la UAB se encuentran entre las que padecen un mayor índice de fraude, en parte porque algunos de los usuarios acceden sin pagar billete y en parte porque muchos de los estudiantes del campus de Bellaterra, ubicado en la zona 2C del sistema tarifario integrado, no llevan un título de transporte acorde con el trayecto que van a realizar. Así, son muchos los jóvenes que desde Barcelona validan un billete de una sola zona para desplazarse hasta la UAB, cuando debieran utilizar uno de dos zonas.

Las medidas adoptadas por FGC en la estación de la Universitat Autònoma para luchar contra el fraude se han demostrado eficaces, por cuanto se ha constatado que últimamente ha disminuido sensiblemente el número de usuarios que no disponen de un titulo de transporte adecuado. Por ello, desde Ecomovilidad felicitamos a FGC por su decidida apuesta por erradicar el fraude entre sus usuarios con la instalación de validadoras a la salida de las estaciones.

Los estudiantes universitarios deben ser conscientes de que pueden disfrutar de importantes descuentos en el transporte público y de que para disponer de una buena oferta de transporte todos los usuarios debemos adquirir el correspondiente billete, el cual, por cierto, es subvencionado en gran medida por la Administración.

Hay que tener en cuenta, además, que con el sistema tarifario integrado implantado hace unos años en la región metropolitana de Barcelona pueden utilizarse diferentes medios de transporte pagando un único billete, de manera que se amplían las posibilidades para los usuarios y se logra que, a menudo, el transporte público resulte más interesante y competitivo que el transporte privado.

En definitiva, hechos como los sucedidos en la estación de FGC de la UAB resultan inaceptables, por lo que desde Ecomovilidad los condenamos enérgicamente, ya que ponen de manifiesto el egoísmo de quienes provocan destrozos al constatar que a partir de ahora les resultará más difícil continuar utilizando fraudulentamente la red de transporte público. Estos hechos son, si cabe, aún más graves por el hecho de que han sido provocados por estudiantes universitarios, los cuales debieran ser un ejemplo para la sociedad.

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