Hoy, por tercer día consecutivo, el metro de Barcelona no presta su servicio con normalidad, pues las flamantes líneas L9 y L10 padecen desde el miércoles pasado, y según ha informado TMB, un problema técnico en la comunicación entre el Centro de Control y el sistema de regulación automática de trenes.
Este problema ha dado lugar a la incidencia técnica que más ha perdurado en los últimos años en el suburbano barcelonés. Y es que hace ya más de 50 horas que se produjo ésta y los responsables de TMB no se atreven, al menos públicamente, a pronosticar cuándo se podrá volver a prestar el servicio con normalidad.
En un principio, el problema técnico obligó a interrumpir el servicio por completo tanto en la línea L9 como en la línea L10, si bien después se pudo restablecer parcialmente. Así, ayer la incidencia afectó aún a ambas líneas, mientras que hoy sólo continúa fuera de servicio el tramo de la línea L9 entre Bon Pastor y Fondo.
Ante la gravedad de la incidencia, que ha obligado a establecer un servicio especial de autobuses para cubrir los diferentes tramos que durante estos tres días estaban sin metro, TMB ha instado a Siemens, en tanto que empresa que desarrolló el sistema informático de las líneas l9 y L10, a encontrar una solución que permita restablecer el servicio por completo lo antes posible.
Para conseguirlo, ayer por la tarde cuatro técnicos de Siemens llegaron a Barcelona procedentes de Francia para tratar de subsanar la incidencia. Confiamos que los técnicos averigüen pronto a qué se debe tal avería, la subsanen y se pueda reabrir cuanto antes el tramo que sigue fuera de servicio. Deben tomarse, además, las medidas oportunas para que no vuelva a producirse una incidencia de esta magnitud.
En definitiva, el coste de construcción de las líneas L9 y L10, que son el máximo exponente de la decidida apuesta de la Generalitat por las grandes infraestructuras en el ámbito del transporte público, está siendo demasiado elevado como para permitirnos no aprovechar al máximo su potencial.