El transporte que no fue (3): Autopistas subterráneas hasta la Puerta del Sol

Una semana más volvemos con nuestro especial sobre infraestructuras de transporte que no llegaron a construirse. Hoy le toca el turno a la REVS, el proyecto quizá más megalomaníaco pensado nunca para nuestra ciudad.

La REVS (Red Especializada de Vías Subterráneas) consistía en una red de 12 túneles que sumaban 140 kilómetros de longitud y que conectaban las carreteras radiales de pago y gratuitas con un enorme túnel circular central de un kilómetro de radio si poníamos el compás sobre el Paseo del Prado, en pleno centro de la ciudad. Alrededor de este túnel se construían, como si de una colmena se tratase, multitud de aparcamientos subterráneos en grandes cavernas conectados a la superficie mediante ascensores. Todo este sistema sería de peaje, con unos costes de acceso de 300 pesetas (1,80 euros de 1998) y un coste por hora de aparcamiento de 200 pesetas (1,20 euros de 1998 también) con los que se financiarían los 300.000 millones de pesetas (entorno a 50.000 millones de euros) que costaría el proyecto.

La REVS no era un proyecto nuevo, la primera vez que se plantea una mega autopista subterránea de peaje para cruzar Madrid es en 1990, pero sí era un proyecto novedoso, tan novedoso que los más prestigiosos expertos como Bernhard Winkler lo calificaron de inconstruible.

Y todo sea dicho, no iban faltos de razón. Los túneles no presentaban grandes problemas ya que la técnica prevista (tuneladoras de 15,25 metros de diámetro) se usó una década después en los túneles del bypass sur de la M-30 pero en cambio los mega aparcamientos subterráneos hechos en cavernas eran a todas luces un sueño. El ejemplo lo tenemos en la enorme complejidad que supuso la ejecución de la estación de cercanías de Sol siendo una caverna de unas dimensiones muy inferiores a las requeridas para estos aparcamientos.

Un proyecto muy polémico que no pasó del papel

Evidentemente (y por suerte) ninguna constructora se interesó por semejante barbaridad promovida por el Ayuntamiento de Madrid y el Ministerio de Fomento. Y decimos por suerte, no sólo porque esta megainfraestructura incentiva a usar el coche para todo, sino también porque la REVS se planeó usando las mismas predicciones que han llevado a la ruina a las autopistas radiales de peaje.

Esta propuesta llevó a nuestros políticos a posiciones cuanto menos curiosas, mientras la oposición calificaba la propuesta de «barbarie» o «proyecto sacado de cómic de Batman», el entonces presidente de la Comunidad de Madrid y actual alcalde de Madrid, se descolgaba con unas declaraciones ejemplares: «Fomentar el transporte privado no es la solución».

Sin embargo, él mismo años después llevaría a cabo una infraestructura similar: el soterramiento y ampliación de la M-30, una REVS a menor escala y pagada con fondos públicos.

Sobre el autor
Licenciado en Ciencias Políticas y de la Administración. Máster en Gobierno y Gestión Pública con especialización en políticas públicas de transporte y movilidad. Actualmente cursa estudios de doctorado con tesis sobre la Red Transeuropea de Ferrocarriles de Alta Velocidad.

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6 thoughts on “El transporte que no fue (3): Autopistas subterráneas hasta la Puerta del Sol

  1. Una verdadera salvajada ese proyecto. Lo de la M.30 ha sido un desmán, desde luego, aunque en parte se puede decir que era necesario, dado que según la construyó el entonces alcalde Arias N. estaba muy mal diseñada, y tarde o temprano había que corregir aquello.

  2. He leído vuestros últimos posts, y quería criticaros en el foco que está tomando esta serie sobre el transporte que no fue. El primero (estaciones de cercanías) trata sobre proyectos planteados más o menos seriamente que no llegaron a ejecutarse por dificultades técnicas o políticas. Sin embargo, los dos siguientes están hablando de puras ocurrencias políticas, sin posibilidad real de que hubieran llegado a poder ser. En mi impresión, el tren bala de Aguirre llegó simplemente después de que se entrevistara con algún comercial que le contara las bondades (he encontrado referencias a su viaje a Shanghai en 2007, quién sabe). Y la REVS se iba a quedar claramente en una presentación a los medios si no queríamos hacer las pirámides de Gizah bajo el Banco de España.
    Me parece más interesante tratar proyectos realistas pero no ejecutados, por ejemplo, de los últimos años: metro ligero a Majadahonda y Las Rozas, metrobuses, etc. Claro que la línea editorial del blog la decidís vosotros, pero yo comento mi interés como lector.

  3. Recuerdo los renders de la presentación… la «M-10» que bautizó Manzano. La reforma de la M-30 puede ser discutida, aunque en mi opinión era necesaria, pero aquello era una salvajada que se presentó casi sin ton ni son.

  4. Que suerte ! Que no se construyeran semejantes monstruosidades.
    Eso que ha ganado el pueblo de Madrid.
    Claro que la pasada de la M-30 tampoco es desdeñable.
    Porque recuperar la zona denominada ahora Madrid Rio, y la antigua M-30 debió haberse conseguido con unas medidas más Sostenibles, y no actuando en contra de toda lógica.
    Ya sabemos que aumentar la superficie para el tráfico lo que provoca son más atascos, y al contrario; reducir superficie para el tráfico, descongestiona este.
    Los ciudadanos de Madrid no se merecían empeñarles por décadas para acometer faraónicas obras innecesarias.

  5. Sin duda alguna un proyecto descomunal, pero que de haberse llevado a cabo hubiera servido para descongestionar las superficie.

    La versión modesta ha sido el soterramiento de la M30 con unos resultados muy satisfactorios, y que todos nos beneficiamos pues hemos ganado los terrenos que ocupaba en su superficie esta via de circunvalación para hacerlos peatonales, parques, carriles bici.