Estaciones del metro que cambiaron de nombre (1): Los orígenes

Hace unos días la Comunidad de Madrid anunció que la futura estación «Costa Brava» de la línea 9 pasaría a llamarse «Paco de Lucía», en homenaje al recientemente fallecido guitarrista. Pronto saltaron las reacciones, pues si bien nadie duda en el reconocimiento al gran artista, también se señaló la falta de relación entre el nombre y la ubicación geográfica de la estación.

Y es que la representatividad de las estaciones del metro se impone sobre el propio callejero. Así sucede con la estación de Plaza Elíptica y su terminal de autobuses homónima, obviando el nombre oficial de «Plaza Fernández Ladreda» (por otra parte, un nombre cuestionado por la Ley de Memoria Histórica). Situación parecida ocurre en la popular Plaza de San Bernardo, en realidad nombrada de Ruiz Giménez, ex-alcalde de Madrid cuyo nombre parece condenado a ser recordado sólo en el callejero.

Por la importancia que supone cambiar de nombre una estación, tanto antes como después de ser inaugurada, vamos a repasar los cambios habidos en la historia de nuestro metro. Empezamos remontándonos 100 años atrás, a los tiempos del Metropolitano Alfonso XIII.

1919 – Hospicio, actual Tribunal (línea I)

Nombre utilizado únicamente bajo el proyecto, pues cuando se abrió al público la primera línea del Metropolitano (Sol – Cuatro Caminos) la estación de Tribunal ya portaba su actual nombre haciendo referencia al Tribunal de Cuentas, mucho más emblemático que el «Real Hospicio General de Pobres del Ave María y San Fernando, Rey de España», que se ubicaba al otro lado de la Calle Fuencarral.

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1931 – Isabel II, actualmente Ópera (línea II y Ramal)

La llegada de la II República modificó el único nombre de la red del Metropolitano que tenía relación con la monarquía: Isabel II, quien bajo su mandato se promovió la reurbanización del entorno eliminando el desnivel que había anteriormente en la plaza, y tapando la Fuente de los Caños del Peral, hoy visible desde el interior de la estación.

Mientras que la estación fue renombrada como Ópera (en referencia al Teatro Real ubicado en este punto) la plaza se renombró como de Fermín Galán. En 1937 la estación se cambió de nombre nuevamente para que coincidiese con el de la plaza. Fue un cambio muy breve pues dos años después, finalizada la Guerra Civil, la plaza volvió a llamarse de Isabel II mientras que la estación recuperó el nombre de Ópera.

1939 – Progreso, actualmente Tirso de Molina (línea I)

Fachada del cine del Progreso frente a la estación de Metro del mismo nombre (1933) Foto: madridlavapies.blogspot.com

Fachada del cine del Progreso frente a la estación de Metro del mismo nombre (1933)
Foto: madridlavapies.blogspot.com

Si en el caso de Ópera parece que estación y plaza no coincidían nunca, en este caso resulta mucho más sencillo. Cuando en 1939 la Plaza del Progreso modificó su nombre a Tirso de Molina, lo hizo también la estación, duplicando el homenaje al dramaturgo español. El antiguo nombre de Progreso surge durante la desamortización de Mendizábal, cuando se demolió un convento en ese punto, liberando una explanada que fue urbanizada para crear la actual plaza.

En 1920, durante las obras de prolongación de la línea I entre Sol y Atocha, los obreros descubrieron aquí numerosos restos mortales procedentes del patio del antiguo convento, cuyos huesos fueron recolocados tras los muros de la estación, surgiendo así una de las muchas leyendas negras de nuestro metro.

Durante la postguerra, algunas estaciones vieron modifica su denominación para conmemorar el nuevo régimen. Veremos estos nombres en la siguiente entrega.

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