Transporte público en grandes eventos: las lecciones de la JMJ (1)

La JMJ ha revolucionado Madrid en un mes donde la actualidad suele ser bastante floja. Nuestra ciudad ha tenido que adaptar la red de transporte a las necesidades de un millón de viajeros más. El fin de semana en Cuatro Vientos ha sido la prueba de fuego final: transladar a todos los asistentes desde múltiples sitios a un solo lugar, en un solo día.

En nuestra región son habituales los grandes eventos. Desde el Mundial’82 hasta la última final de Champions, nuestra ciudad ha albergado múltiples competiciones deportivas, grandes conciertos, Noches en Blanco, un Europride y varias visitas papales. El gran desafío para cualquier ciudad posiblemente sea organizar unos Juegos Olímpicos. Por eso hay que hacer balance de todos estos acontecimientos y analizar las buenas prácticas y los puntos a mejorar cara al futuro.

La flexibilidad de la red como factor determinante

Ante eventos extraordinarios, hay que tomar medidas especiales trabajando sobre lo que tenemos.

  • El Servicio Especial de autobús a Cuatro Vientos ha dado la talla gracias a la buena organización de policía municipal, nacional, Consorcio y EMT, funcionando incluso toda la noche. Sin embargo, las grandes colas en Aluche fueron inevitables aunque bien controladas. Podría plantearse la posibilidad de albergar varias cabeceras simultáneas para este tipo de lanzaderas, con el fin de repartir a todos los asistentes.
  • La lanzadera Atocha-Las Águilas de la línea C-5 resultó una excelente solución que evitó un colapso mayor en la línea. Se pone de manifiesto la necesidad de dotar a las redes ferroviarias de apartaderos (inexistentes en el tramo Atocha-Móstoles) que permitieran flexibilizar la oferta con este tipo de lanzaderas sin perturbar el tráfico de trenes.
  • Metro reforzó notablemente su red, pero la falta de flexibilidad de este modo le pasó factura en la línea 10, que vivió momentos de colapso en estaciones como Casa de Campo. Reseñar también el aumento de capacidad en líneas 8 y 11 con trenes de 6 coches, algo que en línea 8 empieza a ser necesario todo el año.
  •  También resultó curioso la agilidad de muchas líneas al estar el SiRAT desconectado, un sistema de regulación que garantiza los intervalos pero que reduce significativamente la capacidad de la red.

Un centro sin coches es posible

Varios días con Gran Vía, Recoletos, Alcalá y Pº del Prado cerrados al tráfico. Hubo quien vaticinó el apocalipsis ante esta situación, pero uno de los mensajes indirectos que ha dejado el papa es que Madrid puede vivir sin coches por todas partes.

Si bien es cierto que el tráfico en Agosto es mínimo, los actos de la JMJ han puesto de manifiesto que es más importante destinar la calle a las personas que a los coches. Los conductores informados sabían que no podían pasar por Cibeles y optaron por utilizar otras vías como la M-30. Solo ha habido grandes colapsos en los cortes no anunciados sobre autopistas, como la A-5 en Cuatro Vientos.

Una situación similar sucedió durante las obras de Serrano, donde el alto volumen de tráfico que soportaba esta vía se distribuyó por el resto de alternativas sin colapsar la trama urbana. No se trata de cerrar el tráfico en todo Madrid; lo que se demuestra es que cerrar una calle no colapsa las demás, sólo disuade de pasar por esa calle, del mismo modo que abrir una calle nueva no elimina el atasco de las otras al atraer a más coches.

Otro aspecto a tener en cuenta fue el cierre del entorno de Cuatro Vientos al tráfico y la regulación de los cruces por parte de la policía, que autorizaban a los autobuses a pasar semáforos en rojo. Esta situación ha levantado las quejas del sector del taxi, pero desde ecomovilidad.net sostenemos que el transporte colectivo es el más eficaz para mover grandes masas de personas, y que en circunstancias de colapso en superficie debe de tener prioridad.

Buenas prácticas

  • Lanzaderas de autobús y tren a los puntos claves de las jornadas.
  • Refuerzos y aumento del material móvil: autobuses articulados, circulaciones en doble composición. Desactivación del SiRAT.
  • Presencia de efectivos en todos los puntos conflictivos: policía, inspectores, atención al cliente y seguridad privada.
  • Prioridad peatonal y del transporte público en superficie en los accesos a Cuatro Vientos.

Participantes esperando en Atocha al tren de la C-5

Puntos a mejorar

  • Aunque la hora punta era inevitable, el colapso en línea 10 indica que algo falló en ese tramo.
  • El autobús lanzadera de Aluche, aunque efectivo, tuvo que soportar largas colas que tuvieron que ser mejor gestionadas.
  • El desalojo de Cuatro Vientos el domingo por la mañana se realizó de forma escalonada, pero en un periodo de tiempo muy corto para la gran cantidad de gente reunida. Un fallo de la organización de la JMJ (no de la red en sí) que causó problemas en puntos como La Peseta.

Nuestro análisis sigue en la segunda parte de este artículo.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

17 thoughts on “Transporte público en grandes eventos: las lecciones de la JMJ (1)

  1. It’s the information! La información ha fallado. Es cierto que ha sido masivo, pero ha faltado previsión, los mensajes de megafonía eran contradictorios según si venían de Metro o del Consorcio (dichosa des-integración). Los dípticos ofrecían el edding corporativo a falta de un servicio de reprografía de urgencia. No sé, me da la impresión de que la ciudad no ha reventado porque las cosas al final funcionan, más o menos, y la gente se autorganiza (y los voluntarios locales ya coordinarían a sus grupos). Pero creo que ha faltado un punto.

  2. Mi experiencia en general acerca del dispositivo de transporte para la JMJ es buena.

    Pero quisiera comentar mi experiencia como peregrino en Cuatro Vientos (copio el mensaje que puse en Andén1):

    http://www.anden1.org/anden2/foro/viewtopic.php?f=20&t=4719&start=45

    «La ida fue llevadera, y tanto Metro, como el servicio especial JMJ de EMT, funcionaron bastante bien.

    Pero la vuelta fue caótica, que por otra parte es lógico, pues no hay infraestructura posible que soporte la evacuación de 1.5 millones de personas en un periodo tan concentrado de tiempo.

    Yo me marché antes de que terminara la misa, y sin exagerar, puedo asegurar que fuera de la boca de Metro de La Peseta, con facilidad podría haber unas 5000 personas intentando entrar.
    Ante el caos, y la constante riada de llegadas de gente cogí a mi grupo (unos 70) y fuimos a la cabecera de un autobús cercano que nos sacara de allí. Por suerte, a casi nadie se le ocurrió la misma idea, y en la cabecera de ese bus solo había unas 20 personas, por lo que al llegar el bus, entramos los 20 más los 70 de mi grupo con macutos, sacos y esterillas incluídos.

    Agradecer la paciencia y amabilidad del conductor de este autobús, pues debido al peso, no el sistema no permitía moverse al bus del sitio, y tuvo que apagar el autobús y volverlo a arrancar hasta en dos ocasiones hasta que conseguimos arrancar y salir de allí.

    Con el autobús hasta las cejas, la imagen constante por los Carabancheles era la de peregrinos buscando una salida, que no fuera el Metro, e intentando subir al autobús, y otros autobuses de líneas regulares que igualmente iban hasta arriba. Hasta casi Abrantes, no dejaron de verse peregrinos buscando alguna alternativa al saturado Metro. Hubo gente que optó por el taxi para salir de la zona; si es que se lograba encontrar alguno.

    Las líneas normales de EMT no se reforzaron y funcionaban con horario de domingo. De hecho este bus que cogí yo tardó 25 minutos en aparecer.

    El desalojo de Cuatro Vientos, bajó mi punto de vista, debió haberse organizado un poquitín mejor, con desalojos por parecelas (que aunque por la tele dijeron que se hizo así cuando logré salir del recinto, no fue asi al principio, y hacía rato que había finalizado la misa), y servicios de autobuses hasta otras líneas que no fueran la 5, 10, 11 y la c-5 (las más «cercanas») , y refuerzos de las líneas regulares de autobús que circulaban por la zona.

    Desconozco que pasaría con el servicio especial JMJ de EMT, pues la estación de Aluche a las 12.30 aprox. se cerró al público por la masificación.

    En general el transporte en la JMJ se planificó bien, pero era esperable, que la marcha desde Cuatro Vientos, fuese tan caótica como fue, pues como digo, no hay infraestructura capaz de desalojar tanta gente a la vez»

    Un saludo.

    1. ‘Con el autobús hasta las cejas, la imagen constante por los Carabancheles era la de peregrinos buscando una salida, que no fuera el Metro, e intentando subir al autobús, y otros autobuses de líneas regulares que igualmente iban hasta arriba. Hasta casi Abrantes, no dejaron de verse peregrinos buscando alguna alternativa al saturado Metro. Hubo gente que optó por el taxi para salir de la zona; si es que se lograba encontrar alguno.’
      … Es una pena que no nos pudiéramos acercar hasta allí. A pesar de recibir llamadas desde las emisoras no lo hicimos debido a los grandes problemas que nos pusieron para acercarnos. En ningún momento se nos consideró como transporte público sino como tráfico privado, de esta forma nos fue imposible realizar nuestro trabajo.

      1. El autobús hasta las cejas… es cierto. Cuatro Vientos se desalojó muy de golpe

        Y si los autobuses (con una capacidad de 160 viajeros) y el metro (con 1100 viajeros por tren) no daban abasto para mover esa gente, ¿De verdad alguien piensa que turismos públicos de CUATRO plazas habrían ayudado a desalojado el lugar? Sólo provocarían más colapso: 1 bus = 40 taxis.

        ¿O lo que molesta es no sacar tajada económica del evento?

        1. Totalmente de acuerdo que para este tipo de eventos es más eficaz el público colectivo pero había una demanda de movilidad que no se pudo atender por falta de previsión por parte de nuestras asociaciones (no se habilitaron lanzaderas específicas hasta el interior del recinto)junto con el ayto. Tan sólo necesitábamos eso para ser eficaces…
          …Por favor, vamos a dejar lo de los ‘pelas’ para otros tiempos ya pasados y un poquito de seriedad. Por cierto, el evento provocó que tuviésemos menos ingresos al no poder trabajar. Hubieron zonas de la ciudad en las que no pudimos dar servicio a pesar de haber demanda al igual que perdimos clientes naturales por la imposibilidad de llegar a sus lugares de destino.
          Saludos.

  3. El problema de la A-5 es algo que mucha gente vive todos los días ya que supone un cuello de botella de dificil arreglo, es normal que hubiese problemas el domingo durante el desalojo, ya que aunque se hubiese anunciado con antelación no hay muchas rutas alternativas.

    Por otro lado el desalojo se tenía planteado inicialmente realizarlo en 90 minutos (una autentica locura), hay que dar gracias a que se escalonó algo.

  4. Interesante análisis, aunque habría que ver si la afirmación de que «Madrid puede vivir sin coches por todas partes» se sostendría si la JMJ hubiera sido, por ejemplo, a finales de octubre, con todo el mundo ya reincorporado a su ritmo cotidiano. Creo que, de haber sido así, el caos habría sido mucho mucho mayor, tanto para las personas que usan coche como para los usuarios de transporte público cotidianamente.

  5. Hola chicos!

    ¿Sabéis por qué el lunes apareció en la estación de Sol un tren con destino Guadalajara?

    Un saludo 😉

  6. La verdad es que el dispositivo ha estado muy bien: durante la JMJ, misteriosamente he tardado siempre 10 minutos menos de lo normal en casi todos mis trayectos en Metro, así que la falta de SIRAT se ha notado muchísimo. Trenes más llenos, eso sí, pero a cambio de llegar más rápido a los sitios, los preferiría todo el año.

  7. ¿Como medida para aumentar la capacidad de la red desactivaron el SiRAT? La verdad es que eso tendría que dar que pensar si lo que se hace el resto del año, tener activado el SiRAT en las horas de mayor afluencia y desactivarlo a última hora cuando va menos gente, tiene alguna lógica. 😐

  8. Pero no decis nada de los trastornos que crearon para la gente que trabajamos cerca de Cibeles-Recoletos. Renfe estaba dando un servicio normal, hasta que empezó a cortar salidas conjuntamente con la policía. Para ir a la calle Prim tuve que salir por la biblioteca y dar la vuelta por Colón entera.
    Los buhos desplazados muchos a Atocha, bastante lejos dw Cibeles y sin poder llegar por metro o bus.
    Durante estos días Madrid se ha olvidado de los madrileños.

  9. Yo creo que fallaron un poco líneas como la 27 de bus (la de la Castellana) y la línea 1, al menos cuando me tocó ir al centro en los días de la JMJ. Entrar al 27 incluso cerca de Plaza de Castilla era imposible, la línea 10 tampoco, y la línea 1 tres cuartos… creo que no se reforzó lo suficiente.