Unicamente acceso a Cercanias

Las ratoneras de Nuevos Ministerios

¿Qué se puede decir de uno de los intercambiadores más transitados de la red madrileña, tanto de Cercanías como de Metro? ¿Qué se puede decir de lo que para muchos es una de las puertas de entrada de la ciudad, sobre todo si se viene del aeropuerto?  Muchas cosas, tanto buenas como malas. Sin embargo, en este artículo quiero centrarme en un “pequeño” problema de diseño en su operativa: sus ratoneras. Afortunadamente, éste puede solucionarse con relativa facilidad.

Cuando hablo de las ratoneras de Nuevos Ministerios no me refiero a las escaleras convencionales de la línea 6, cuando las automáticas están inoperativas (cosa lamentablemente habitual), sino a los dos accesos exclusivos metro – cercanías sin salida directa al exterior (¡ni siquiera en caso de emergencia!). Es cierto que una de estas ratoneras si tiene salida a la calle, pero son dos ascensores (y ya sabemos que en caso de emergencia no se deben utilizar).

¿Y por qué son ratoneras? Simplemente porque es posible quedarse atrapado en el espacio existente entre las validadoras del metro y el cercanías (ver Figura). A pesar de que existe personal de ambos medios de transporte en este espacio, salir de allí en caso de equivocación puede depender de la buena fe de estos empleados. Puede darse la situación de no disponer de fondos para comprar un billete sencillo por robo, o que las máquinas de autoventa estén inoperativas. Además, en caso de evacuación se debe confiar en que los mecanismos de seguridad de las validadoras funcionen adecuadamente, se abran, y no provoquen “tapones”.

Ratonera de Nuevos Ministerios

La existencia de estas ratoneras crea, además, otras situaciones de colapso e incomodidad para usuarios del metro. Concretamente, si la L8 usa únicamente el andén sentido Aeropuerto en ambas direcciones (algo muy habitual en horas valle), los viajeros que proceden de la L8 y se dirigen a otras líneas de metro, y los que hacen el trayecto inverso comparten una única escalera que fácilmente se colapsa. Ese andén dispone también de una segunda escalera hacía el resto de líneas del metro, que permitiría agilizar el uso del mismo. Pero lamentablemente, se encuentra en una de las ratoneras, por lo que se trata de unas escaleras bastante desaprovechadas.

¿Cómo se podrían eliminar las ratoneras y solucionar sus problemas derivados?

Otras ciudades ya han tenido que afrontar el mismo problema, y quizá por similitud entre el diseño de la red y por cómo se opera cada línea, París es la ciudad idónea en la que fijarse para evitar las ratoneras de Nuevos Ministerios.

La solución de París destaca por disponer de validadoras que admiten los billetes de ambos operadores en el lado que les corresponde, es decir, la misma validadora acepta billetes de metro y cercanías. Como vemos, la barrera tarifaria sigue existiendo al cambiar de operador, pero se resuelve el problema de las ratoneras. Esta solución permite, además, adecuar la oferta de validadoras según el flujo. En horas punta, se puede disponer de máquinas que acepten únicamente billetes del flujo de viajeros mayor para agilizar la operación. Además, en caso de emergencia, solo hay que preocuparse de una barrera para evacuar, en caso de necesitar las salidas del otro medio de transporte. Este sistema no es desconocido en Madrid, pues ya se utiliza en las estaciones del Metro en que se cambia de tren, como por ejemplo en Tres Olivos (L10).

Esta solución no solo elimina las ratoneras de Nuevos Ministerios  sino que además puede redescubrir estos espacios de conexión entre las líneas del metro, actualmente desaprovechados (si se reubican correctamente las validadoras comunes). Sin embargo, ésta también tendría algunos efectos secundarios como, por ejemplo, la necesidad de limitar el recorrido de los ascensores o de reubicar las máquinas de venta de billetes de ambos medios de transporte.

Existen otras posibles soluciones, como en el caso de Berlín, donde solo se requiere la validación del billete al inicio del trayecto (nunca en ningún intercambio, ¡incluyendo bus!), o como en los Países Bajos, donde no hay barreras físicas y se valida a la entrada y salida de cada medio de transporte. Evidentemente, implantar este tipo de soluciones generaría nuevas oportunidades para el transporte público, pero requieren un cambio de mentalidad por parte de todos: administraciones y usuarios.

Borja Moya Gómez es Ingeniero Técnico de Obras Públicas y Máster en Logística, Transportes y Movilidad.

Actualmente trabaja como investigador en formación en el grupo de investigación t-GIS del Departamento de Geografía Humana de la Universidad Complutense de Madrid.

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3 thoughts on “Las ratoneras de Nuevos Ministerios

  1. Transporte público gratis,fuera gastos de gestión de máquinas y revisores. Tasa sobre coches circulando por la ciudad al estilo de Londres para financiarlo.

    Creo que es plausible si se quiere una movilidad sostenible y una reducción de los atascos. Fomentaría la bicicleta también.

  2. En cuanto a las máquinas validadoras…cómo mejoraría todo si fuésemos lo suficientemente cívicos como para eliminarlas! Antes vivía en Berlín, y con mi abono anual entraba y salía del metro-cercanías sin sacarlo del bolso, simplemente tenía que enseñarlo cuando lo pedía algún revisor, pero no había «atascos» para entrar o salir de las estaciones, los ascensores van directamente de la calle al andén en muchos casos…todo más cómodo.