¿Por qué las líneas de Cercanías se llaman así?

Cada día, 900.000 personas utilizan las líneas de cercanías de Madrid. Todas ellas tienen un número, pero a diferencia de la red de metro, donde las líneas se numeraron según se iban construyendo (salvo excepciones), los números de cercanías aparentemente no guardan ningún criterio.

Durante este mes de febrero la línea de ferrocarril Madrid-Aranjuez, nuestra actual C-3, ha cumplido 160 años. ¿Y por qué es la C-3? ¿Cuando y cómo se numeraron las líneas?

En el principio, todo eran «trenes»

Hace no muchos años, los servicios de cercanías se consideraban como una red ferroviaria de proximidad, pero sin una marca común. Las líneas, cuyos recorridos no son muy distintos a los de ahora, se identificaban según sus destinos. Así teníamos la línea de Aranjuez, la línea de Parla, o la línea de Cantoblanco.

Sin colores ni números, así se representaban las líneas en los 80

En 1989, con la división de Renfe en unidades de negocio, se dota a la red de una identidad reconocible, creandose la marca Cercanías. El estudio de Alberto Corazón fué el encargado de crear la imagen corporativa, desde el logotipo hasta la señalética de las estaciones. Y por supuesto, también se diseñó un plano, uno totalmente esquemático que reflejaba la radialidad de la red.

Uno de los primeros esquemas de Cercanías, ya con la nueva nomenclatura

Aparte de la novedosa disposición, el plano también coloreaba y numeraba los servicios que estaban en funcionamiento. Y para numerar cada extremo, nada más fácil que hacerlo en el sentido de las agujas del reloj, comenzando por la C-1 y terminando en la C-9. Este criterio no sólo se aplicó en Madrid; si vemos esquemas de otras redes, veremos que están numeradas del mismo modo, aunque cambien los colores.

La red de Cercanías Valencia se numera en el mismo sentido que la madrileña

¿Y por qué ahora no hay C-6 ni C-1?

Las sucesivas reordenaciones de la red han difuminado la numeración consecutiva que comentábamos. Aunque aparezcan 10 líneas, faltan algunos números.

La C-6 Laguna-Móstoles era la rama amarilla del plano, que curiosamente estaba aislada para viajeros del resto de la red. Fué ampliada hasta Embajadores, y en octubre de 1991 llegó hasta Atocha, donde se «fusionó» con la C-5 Atocha-Fuenlabrada formando una sóla línea, y desapareciendo la C-6, que apenas duró un par de años.

El caso de la C-1 es más reciente, y seguro que muchos lo recordáis. Comenzó siendo la línea de Cantoblanco, luego se prolongó hasta Tres Cantos, y en 2001 se «desvió» para ser la línea de Alcobendas-San Sebastián, ramal recién abierto. Junto a la línea de Colmenar, pasó en 2008 a formar parte de la C-4, gracias a la apertura del «Tubo de la Risa 2» o túnel de Sol.

Líneas más allá del plano

Este panel indica muchos destinos, pero no las líneas de cada tren.

La numeración de las líneas de cercanías está reflejada tanto en los planos como en la cartelería de las estaciones. Sin embargo, Cercanías todavía parece arrastrar costumbres previas a su existencia, cuando los trenes se identificaban sólo con su destino.

Actualmente, los teleindicadores de los andenes y del exterior de los trenes siguen mostrando el destino del tren, pero sin hacer referencia alguna a la línea por la que circulan. Para el usuario habitual no es importante, pero para el que utiliza el tren sólo ocasionalmente, puede ser un caos.

Por ejemplo, un usuario que desde Nuevos Ministerios quiere ir a Villalba. Si pregunta que tren debe tomar, le dirán «cualquiera que pase por vía 1 con destino Ávila, Segovia, El Escorial o Cercedilla, pero no los que pongan Las Rozas-PPío». ¿No sería más sencillo decir «cualquier C-8»?

Este problema no es exclusivo de Madrid; de hecho laPTP ha propuesto recientemente una nomenclatura uniforme en los cercanías de Barcelona, de modo que los teleindicadores indiquen la línea por la que circulan, con el fin de facilitar la orientación del usuario.