Valoramos un día más, y gracias a la sección “El ascensor”, algunas de las muchas cuestiones que han sido noticia últimamente en materia de movilidad sostenible.
Comenzamos concediendo el ascensor que sube al Àrea Metropolitana de Barcelona, por haber aumentado en 6’7 millones el número de viajeros registrados en el transporte público entre enero y agosto de este año, respecto al mismo período del año pasado. Así, el ligero descenso que se produjo en los buses de TMB quedó más que compensado por el aumento que lograron el metro y, en menor medida, las compañías de autobús de gestión indirecta.
En cambio, consideramos que el ascensor que ni sube ni baja debe recaer en la Setmana de la Mobilitat Sostenible i Segura que se celebró del 22 al 29 de septiembre. Como ya os explicamos, aunque algunas actividades, como las Curses de Transports y las pedaladas, tuvieron un grado de participación y de repercusión mediática bastante significativo, la Setmana de la Mobilitat Sostenible i Segura quedó bastante ensombrecida por la escasa difusión que de ella hicieron las diferentes administraciones participantes y por el excesivo protagonismo que se dio a la moto eléctrica.
Para acabar, en esta ocasión el ascensor que baja lo merecen, sin duda, quienes abogan por permitir que las motocicletas y los ciclomotores circulen por el carril bus-taxi. Así, parece ser que CiU se ha dejado arrastrar definitivamente por el PP en su afán por dar facilidades a las motos frente a un transporte público de superficie que presenta una velocidad comercial de apenas 12 km/h y que va a la baja año tras año. Además, los defensores de esta medida no tienen en cuenta el peligro que generaría tanto para motoristas como para los usuarios del bus y el efecto que puede causar sobre el transporte público de superficie, al ser Barcelona la ciudad con el mayor número de motos por habitante de toda Europa.