Así debía ser y así es
La imagen que encabeza este artículo está formada por un fotomontaje del año 2001 y una fotografía tomada hace solo unos días. Gracias a ambos podemos comparar cómo preveía Tramvia Metropolità que sería el recorrido del Trambaix en L’Hospitalet de Llobregat (concretamente, entre Can Rigal y el término municipal de Barcelona) antes de su construcción y cómo ha acabado siendo.
Sin duda, hay diferencias entre una imagen y la otra. Para empezar, en el fotomontaje pasan prácticamente desapercibidos los postes de la catenaria, dibujados entre ambas vías, no en los laterales de la plataforma del tranvía, donde finalmente fueron ubicados. Sin embargo, lo que más llama la atención es que este tramo no se ha habilitado como zona verde, salvo en los extremos de la plataforma.
Conviene aclarar que este cambio no es casual, pues, por lo que parece, durante las obras de implantación del Trambaix en esa zona se localizó un tubo de alta tensión, muy superficial, que no hace viable la instalación de un sistema de drenaje para la plantación de césped en la zona central. Ello tuvo como consecuencia que ese tramo carezca de aspersores de riego, por lo que en los márgenes, aunque se prepararon para que pudieran disponer de césped, este a duras penas crezca. En su lugar, encontramos durante buena parte del año rastrojos quemados por el sol.
Así podría ser
Pese a lo que hemos explicado, creemos que ese tramo del Trambaix podría mejorar sustancialmente si se llevaran a cabo apenas un par de actuaciones.
Para comenzar, los postes de la catenaria (que, a su vez, albergan farolas) podrían ser cubiertos con hiedra, como se hace, por ejemplo, en la ciudad alemana de Freiburg. Así, estos postes, además de suministrar electricidad a los tranvías y alumbrar la calle de noche, se convertirían en interesantes elementos ornamentales.
Asimismo, en los laterales de la plataforma del tranvía se podría plantar césped artificial, como en su día se hizo con el Trambesòs en la Avenida Meridiana, o bien sustituir el pavimento de toda la plataforma por un material constructivo más vistoso, como adoquines o incluso cerámica de colores asociados a la naturaleza (amarillo, naranja, rojo, verde, marrón…), los cuales, oportunamente intercalados, podrían dar un resultado muy interesante, similar al que se consiguió al reformar el mercado de Santa Caterina, en Barcelona. Esta mejora podría acometerse cuando fuera necesario efectuar obras de mejora en el pavimento o en las instalaciones subterráneas, con el fin de minimizar su importe.
El resultado final sería una vía con unos acabados de alta calidad y con unos costes de mantenimiento sensiblemente inferiores a los que hay en los tramos en que se ha optado por plantar césped natural y un sistema de riego por aspersores. De esta manera, la implantación del tranvía contribuiría realmente a mejorar el espacio público de L’Hospitalet de Llobregat, como sucedió en su día en Barcelona, Esplugues de Llobregat o Cornellà de Llobregat, por poner solo algunos ejemplos.