¿Bibliotecas dentro del metro? (2): la propuesta para Barcelona

Bibliotecas (azul) y Bibliometro (rojo) serían sistemas complementarios.

Si a principios de semana explicábamos qué es, cómo funciona y qué ventajas ofrece el Bibliometro en las ciudades en las que se ha implantado este sistema de préstamo de libros, hoy queremos exponer cómo y dónde pensamos que debería existir en Barcelona para llegar al mayor número posible de personas.

No obstante, antes conviene aclarar que la instalación y el mantenimiento de estos módulos tiene un coste razonablemente bajo, por lo que consideramos que, pese a la crisis económica, podrían ser una realidad en cuestión de meses. De hecho, sería interesante que el Bibliometro de nuestra ciudad fuera financiado no solo por el Ayuntamiento y por la Generalitat a través de TMB y de FGC, sino que contase también con el apoyo y la colaboración de la Diputació de Barcelona.

Es más, si se instalara el Bibliometro en barrios en los que se ha previsto la construcción de una biblioteca el servicio que se daría sería similar, pero los costes resultarían mucho menores. De esta manera, los vecinos podrían tener a su alcance en pocos meses centenares de libros e incluso un espacio habilitado para la lectura, a la espera de que la situación económica permitiera recuperar el proyecto de construcción de una biblioteca.

¿En qué estaciones instalaríamos el Bibliometro?

Puede existir disparidad de opiniones sobre cuáles serían las estaciones más adecuadas para ubicar los módulos, pero parece lógico que convendría establecer una distribución territorial más o menos homogénea. Así, pues, no solo debería haber Bibliometro en Barcelona ciudad, sino también en municipios de su entorno, como L’Hospitalet de Llobregat, Cornellà de Llobregat, Badalona o Santa Coloma de Gramenet, por ejemplo.

Por todo lo anterior, creemos que habría que instalar el Bibliometro, por un lado, en zonas que hoy por hoy no disponen de bibliotecas públicas, como Clot, Hospital Clínic, Zona Universitària y Muntaner. Asimismo, convendría que también estuviera en los principales intercambiadores. En una primera fase podría instalarse en Universitat, Cornellà Centre, Rambla Just Oliveras, Espanya, Gorg, Fondo, Verdaguer y La Pau, mientras que posteriormente podría extenderse también a estaciones cercanas a bibliotecas o a paradas muy concurridas, comoLa Sagrera, Lesseps, Sants-Estació, Torrassa, Passeig de Gràcia, Vall d’Hebron y Sant Boi.

¿Qué características deberían tener estos espacios?

En nuestra opinión convendría ubicar los módulos junto a los torniquetes de entrada y de salida de la estación, de manera que pudieran usarlos tanto los vecinos del barrio, sin validar un billete, como los usuarios del metro al hacer transbordo de una línea a otra, sin salir del perímetro interior de la estación.

Con el objetivo de reducir los costes de mantenimiento del Bibliometro a medio y largo plazo, sería interesante estudiar la viabilidad de prescindir de personal que permaneciera en todo momento en el interior de los módulos y, en su lugar, utilizar un sistema automatizado de entrega de libros, como hacen las máquinas de vending. Además, sería interesante que los módulos contaran con buzones en los que poder dejar en cualquier momento los libros ya leídos. De esta manera, el sistema de préstamo de libros podría funcionar durante más horas de lo que lo hacen el Bibliometro de Madrid y el de Valencia. Sin embargo, sí convendría imitar a Madrid en cuanto a las vías para prorrogar el préstamo de libros. Así, debería existir la posibilidad de hacerlo por teléfono, presencialmente o por internet.

Por último, valdría la pena hacer como Santiago de Chile y Medellín y ofrecer conexión gratuita a internet junto a los módulos, por lo que, siempre que fuera posible, habría que instalar asientos o bancos cerca.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *