Unas 250000 personas son las que viven en los pueblos del cinturón de Granada, muchas de estas personas se interesan, lógicamente, por la Semana Santa de la capital, pero encuentran tremendos problemas de movilidad en transporte público:
- Los autobuses interurbanos viven al margen de este tipo de casos excepcionales como es la Semana Santa, en momentos en los que la demanda crece no saben responder a esa demanda y, simplemente, mantienen el horario de un día normal, incluso con reducción de servicios por ser día festivo (tal como ocurrió el domingo pasado).
Con esto volvemos a un tema que ya hemos tocado varias veces en ecomovilidad.net Granada: La desconfianza del usuario hacía el servicio; Si el usuario ve que el servicio no atiende a sus necesidades (por ejemplo ve posibilidad de quedarse «tirado» porque el bus vaya lleno) no lo usará y optará por otras formas de movilidad. - Los horarios no se adaptan a las necesidades: Ver unas procesiones + tomar unas tapitas / Ver procesiones + tomar un helado / Ver procesiones hasta tarde / etc. Son situaciones que no entiende el servicio de transporte público interurbano, cuyos servicios terminan entre las 22h y 23h y que no varían ni siquiera en Semana Santa.
Todo lo anterior provoca, como decíamos, desconfianza en el transporte público, eso provoca el uso de otras formas de moverse cómo el coche, asimismo el uso del coche provoca problemas en la ciudad como atascos, molestias, ruido, contaminación, etc.
El consorcio de transportes y los respectivos municipios no pueden estar en estos casos como si con ellos no fuera la cosa, son ellos los que deben responder de forma rápida y efectiva a las demandas de sus habitantes y usuarios, haciendo que la Semana Santa sea más fácil para todos.