El nuevo autobús de Citymapper

Hace unos días Citymapper, la empresa detrás de la que quizás es la aplicación de información sobre transporte público más extendida del mundo, nos intrigaba con el inminente anuncio de un nuevo servicio que según ella es «lo más significativo que han hecho hasta ahora».

El lunes desvelaron que quieren reinventar los autobuses y por eso ayer y anteayer (9 y 10 de mayo) han estado probando su primer autobús inteligente (smartbus) en una pequeña ruta circular por el centro de Londres.

Como no podía ser de otra manera, el primer día del lanzamiento me acerqué a probarlo para poder contaros mi experiencia en primera persona.

¿Qué es y por qué Citymapper está haciendo esto?

Según la nota de prensa, la intención de Citymapper es hacer los servicios de autobús más eficientes dentro de las grandes ciudades, de manera que respondan a las necesidades actuales del público, y reinventarlos para deshacerse por completo de la mala reputación que a veces acarrean (o se les atribuye).

Según las conversaciones que tuve con el personal de Citymapper que iba a bordo del autobús y a los que pude preguntar durante todo el viaje, en realidad no queda muy claro lo que quieren hacer con todo esto.

O ni ellos mismos lo saben, o a mí no me lo quisieron contar. Lo que sí me contaron es que están muy abiertos a todo y están probando la tecnología, recogiendo la opinión de los usuarios que se acercan a probar el servicio, y viendo la respuesta a diferentes conceptos.

De momento no tienen un modelo definido. A corto-medio plazo parece que lo que harán será establecer unas pocas rutas cortas por Londres, similares a las de este piloto, que cubran trayectos que resultan muy ineficientes en el metro o en los autobuses de Transport for London (TfL).

A largo plazo, si se dan las condiciones necesarias, podrían plantearse ir hacia un modelo más reactivo a la demanda, en línea con los principios del transporte a la demanda o DRT (Demand Responsive Transport).

Supongo que parte del quid de la cuestión será también lo que les permita la legislación y cómo avancen las conversaciones con TfL. Según Citymapper, cuentan con total apoyo por parte de TfL. Y no solo porque TfL tiene una política de datos abiertos que es en la que se basa todo el negocio de Citymapper, sino porque TfL es muy receptivo a experimentar nuevas iniciativas como esta.

En cualquier caso, insistían en que se quieren posicionar como complemento a otras ofertas de movilidad y son conscientes de que tendrán que competir con el resto de los servicios existentes.

¿Cómo funciona?

La verdad es que hoy por hoy funciona exactamente igual que un autobús convencional, con rutas fijas y parando en las marquesinas existentes.

Lo que no está claro es cómo será el sistema de pago. De momento este piloto es gratuito, en parte porque para cobrar necesitan una licencia y seguros de los que aún no disponen. Pero aún no se sabe si se pagará a través de la aplicación o en el autobús, si habrá pre- o pos-pago o algún descuento por uso frecuente, si estará integrado con otras formas de pago habituales, ni nada.

En lo que sí insisten es en que el servicio está y estará siempre totalmente integrado con la aplicación, ya que es lo que les sirve para difundir las novedades y los cambios de forma rápida al gran público.

¿Cómo son los autobuses?

Para servir la ruta en pruebas cuentan con un total de tres minibuses accesibles, con rampa y espacio para 1 carrito o 1 silla de ruedas, 13 asientos y con capacidad para hasta 9 pasajeros más de pie. Los vehículos se parecen bastante a los del London Dial-a-Ride, pero sin la puerta trasera; o a los que utiliza easyBus para conectar los aeropuertos, pero sin el espacio reservado para las maletas.

Y por supuesto están pintados de verde por dentro y por fuera, siguiendo la imagen corporativa de Citymapper, y con un bonito acabado.

Cada minibús dispone de una pantalla en la que se da información en tiempo real sobre la ruta, el tiempo estimado de viaje, el conductor, y todo ello dentro de una interfaz muy bonita y cuidada como es característico de Citymapper.

Lo que me resultó más curioso es la pantalla del conductor, que le sirve de asistencia para la conducción, avisándole de su posición relativa con respecto a los demás vehículos en la ruta y de la necesidad de mantener la distancia entre los autobuses o intentar aumentarla o reducirla.

 

¿Es realmente una revolución?

Es cierto que estos nuevos minibuses están muy pensados: con pantallas, cámaras y contadores de pasajeros, conectados en tiempo real con la información de tráfico, e integrados en una aplicación de información sobre transporte público. Pero el servicio que dan no deja de ser un servicio de autobús operado con vehículos algo más pequeños y flexibles.

También es verdad que gracias a eso se podría vender una imagen de proximidad y familiaridad que propicia la interacción entre viajeros y con el conductor (cuyo nombre se muestra en la pantalla), pero habrá que ver si las animadas conversaciones a bordo del autobús que vi anteayer, y que en casi todos los casos eran iniciadas por el personal de Citymapper, se mantienen una vez la gente de a pie pague por el servicio y lo utilice como parte de su rutina.

Quizás una cosa novedosa sea que no funcionen según un horario fijo, sino manteniendo la regularidad de los intervalos de paso gracias a la comunicación continua entre los vehículos de la ruta, evitando el efecto de apelotonamiento que a veces sufren otros servicios, aunque muchos de los autobuses convencionales ya cuentan con sistemas de comunicación para paliar este efecto.

Pero en mi opinión, el autobús de Citymapper no es una revolución… de momento. Aunque tiene mucho potencial para convertirse en un servicio muy novedoso. Dependerá de cómo se concrete finalmente el modelo.

Durante el viaje me preguntaron si me gustaría que el autobús tuviese música, algo por lo que no supe decidirme, pero también cómo me gustaría que fuera este servicio si pudiera pedir cualquier cosa.

En mi opinión, la revolución será tanto mayor cuanto más se acerquen al concepto de transporte a la demanda y aprovechen al máximo la flexibilidad de no estar sujetos a rutas ni horarios fijos.

Dicen que llevan desde octubre del año pasado preparando este lanzamiento, para el cual han elegido una ruta piloto que, además de logísticamente conveniente para las pruebas, ya que está cerca de su sede, está basada en datos recogidos por su aplicación que señalan este trayecto como uno de los menos eficientes en el metro o autobús convencionales, pues supone al menos un transbordo para una distancia total muy pequeña.

Es decir, han sabido identificar un nicho de demanda insatisfecha y actuado como complemento a los servicios regulares. Pero han tardado 8 meses. ¿Y si pudieran hacer esto en cuestión de semanas y cambiar las rutas a aquellos lugares donde más se necesitan en cada momento? ¿O en cuestión de días, para dar soporte a picos de demanda causados por eventos? ¿Podrían incluso adaptarse en cuestión de horas para reducir el impacto de alguna avería inesperada en alguna otra parte de la red de transportes? Bajo mi punto de vista, esta es la baza que realmente podría convertir este autobús en una revolución.

También cabe la posibilidad de que se hagan fuertes en zonas con poca accesibilidad a las redes estratégicas de transporte (cercanías, metro y autobuses de alta frecuencia) y sirvan de lanzadera a dichos servicios de alta capacidad.  O quizás el estar alejados del concepto de transporte de masas los convierta en el servicio de referencia para pasajeros con necesidades especiales que buscan un servicio más amable y menos constreñido por las prisas de cumplir un horario o maximizar la capacidad.

En cualquier caso, lo que sí está claro es que su ámbito de negocio tendrá que restringirse a trayectos relativamente cortos y de baja demanda, ya que la capacidad de los vehículos no va a permitir absorber una gran afluencia de público.

Conclusión

Solo el mero hecho de poder probar este nuevo autobús de Citymapper el día de su lanzamiento ya fue una experiencia positiva para mí. Pero además tuve la oportunidad de preguntar al personal de Citymapper que estaba en el autobús todo lo que se me ocurrió y de observar el comportamiento y la composición del resto de viajeros que lo usaron en la media hora escasa que estuve a bordo.

Una de las cosas más sorprendentes fue que, en contra de lo que uno podría esperar, no todos los que utilizamos el autobús éramos jóvenes, usuarios relativamente frecuentes de la aplicación, o personas con un interés previo en el transporte y las nuevas tecnologías, sino que también pude ver un par de familias con niños (aunque una de ellas había ido porque a uno de los niños le gustan mucho los autobuses) e incluso una señora que no sabía nada del proyecto, que se declaraba enemiga de los móviles, aplicaciones y de «todas esas cosas de la vida moderna» y que «tiene una varita mágica» que usa todos los días gracias a la cual apareció el bus de Citymapper con su cartel de «Pruébame gratis» justo para el trayecto que ella necesitaba en ese preciso instante. Magia o casualidad, el caso es que Citymapper solucionó un problema al menos a una persona que claramente no estaba entre su público objetivo.

Aún no queda claro cómo se va a concretar este nuevo servicio, ni si será tan disruptivo como lo pintan, así que de momento lo único que queda es esperar y estar atentos a las noticias.

Pero lo que es evidente es que Citymapper tiene una gran capacidad de movilización, que ha sabido difundir muy bien esta prueba piloto por las redes a través de su aplicación hasta el punto de conseguir llevar pasajeros desde las primeras horas del servicio, y que también sabe muy bien recoger las inquietudes del público para intentar desarrollar lo que creen que este necesita.

Pero el reto al que se enfrenta ahora el autobús de Citymapper no es menor, ya que si su función en el conjunto del transporte de Londres no se concreta en un plazo relativamente corto y de una manera que cumpla las expectativas de novedad que anuncian, una de tres: o el servicio termina desapareciendo, o se mantiene como «otro autobús más» y Citymapper pierde credibilidad ante su capacidad disruptiva, o se queda restringido a un público muy concreto e igualmente pierde su poder transformador. Porque de igual manera que en estos tiempos es posible movilizar y captar interés rápidamente, también es muy fácil que este interés se desvanezca y no cale a largo plazo. Y si no que se lo pregunten a Pokémon Go.

 

¿Y tú, cómo lo ves? ¿Te parece que Citymapper ha conseguido o puede conseguir revolucionar el mundo de los autobuses? ¡Cuéntanoslo en un comentario o en Twitter @ecomovilidad.

Sobre el autor
Ingeniero Industrial por la Universidad Politécnica de Madrid con un Máster en Transporte por Imperial College London y University College London. Ha sido consultor de transportes para proyectos urbanísticos y actualmente trabaja en planificación estratégica para Transport for London. Es un apasionado del transporte público y de la movilidad urbana sostenible.

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2 thoughts on “El nuevo autobús de Citymapper

  1. Creo que este es el futuro, sin apenás coches privados. Modulos de baja ocupación, 4 a 20. Auto conducidos, sin conductor; y por supuesto eléctricos. Serán´de licencia municipal, y privado.
    También habrá cooperativas para compartir módulos, o coches privados, eso pienso.
    Lo cierto es que Madrid tiene al menos 1 lineas de bus pequeño, y eléctrico. Muy utiles para personas mayores, y del barrio. Para subir grandes cuestas, o moverse por calles estrechas.

  2. Muy buen artículo, Gonzalo.

    Respecto a lo del apelotonamiento, los servicios convencionales de bus y ferroviarios ya emplean tecnologías para evitar lo que técnicamente se denomina «bunching». Son los sistemas de ayuda a la explotación. Algo positivo es que en este caso se opta por la transparencia, lo que permite al usuario conocer qué está sucediendo. Y, es que, todos hemos visto a otros viajeros decir eso de «con esta velocidad se va más rápido andando» o ponerse nerviosos cuando un convoy de metro o tranvía se queda regulando en parada con las puertas abiertas.

    Respecto a la idea de la disrupción, creo que muchas empresas pretenden sacar adelante «el Uber de los buses», pero chocan con la que, de momento, es la realidad: https://ecomovilidad.net/wp-content/uploads/2014/05/800px-DRT-define_among_others_types_of_transport.svg_.png. Es decir, el tamaño marca la «estandarización de los itinerarios» y quizá lo que hay que hacer es dotar a esos itinerarios de cierta flexibilidad pero siempre habrá usuarios beneficiados y otros penalizados o teniendo que hacer trasbordos en los casos en los que el tamaño del vehículo aumente. Así, demanda y tamaño exigen una solución de compromiso que es la que, en servicios como Kutsuplus, supuso la muerte del servicio por su éxito. Hay opciones, eso es innegable (y algunas las tengo identificadas por un proyecto en el que he participado), pero creo que no pasan por los nichos que ya están copados y donde variar las pautas de los usuarios es relativamente complicado.

    Un saludo,
    Samir