Terrazas en el carril de aparcamiento

El pasado fin de semana estuve en San Remo, Italia, y vi cómo la grúa se llevaba coches estacionados en un carril destinado a aparcamiento por el día para que los restaurantes de enfrente colocasen sus mesas e incluso un escenario improvisado para entretenimiento musical por la noche. Y tuve pensamientos enfrentados.

El tema del uso privado del espacio público en las ciudades es recurrente en los debates de movilidad y ya lo hemos tratado aquí y aquí, pero casi siempre el conflicto es entre espacio peatonal y espacio para terrazas privadas, donde es difícil no admitir que en ocasiones el derecho a la movilidad de los peatones se ve violado por el interés particular. Pero en este caso se está quitando espacio al coche privado, esa gran ineficiencia de la movilidad, y desincentivando su uso, por lo que cabe plantearse si en realidad es una medida positiva, pero ¿lo es en realidad?

Lo cierto es que yo no lo tenía claro apriori. Siendo coherentes, sigue siendo una adjudicación del espacio público para un uso privado, y creo que por tanto debería cuestionarse. Pero a diferencia de las terrazas en la acera, esta medida no limita ni viola el derecho a la movilidad de ningún peatón. De hecho, supone una mejora del ambiente peatonal ya que, a consecuencia de las terrazas en el carril de aparcamiento junto al bulevar, el carril de circulación automáticamente se convierte en peatonal, de modo que los peatones gozan de mucho más espacio.

Por otra parte, el hecho de que el sector privado utilice el espacio público no es en sí negativo, siempre y cuando se respete el bien común (y se cobren las tasas correspondientes). Además, en este caso concreto, se está prescindiendo de una actividad que aporta muy poco valor a la sociedad, como el aparcar coches privados (la tasa de aparcamiento que va a las arcas públicas y poco más); por otra que puede aportar mucho más valor a toda la ciudad, tanto económico, en forma de tasas directas por la licencia de uso e indirectas a través del incremento en el beneficio de los restaurantes que amplían su terraza, como social, al promover ir andando en favor del coche y la recuperación de espacios para el entretenimiento y disfrute de los ciudadanos en vez de para los vehículos.

Por tanto, me parece una gran idea. ¿Tú qué opinas? ¡Cuéntanoslo en un comentario!

Sobre el autor
Ingeniero Industrial por la Universidad Politécnica de Madrid con un Máster en Transporte por Imperial College London y University College London. Ha sido consultor de transportes para proyectos urbanísticos y actualmente trabaja en planificación estratégica para Transport for London. Es un apasionado del transporte público y de la movilidad urbana sostenible.

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2 thoughts on “Terrazas en el carril de aparcamiento

  1. La medida no es ideal pero mejora la situación actual. Prefiero unas pocas mesas antes que coches aparcados o circulando. Ahora bien, habría que controlar que no se vaya de la mano, las terrazas tienen tendencia a crecer descontroladanente, y es necesario evitar eso.

  2. Hola, soy de un barrio de Valencia en el que antaño trabajamos mucho (el vecindario) para paliar el déficit de espacios públicos y liberarlos de la tiranía del coche: aparcamiento sobre aceras, aceras estrechas, nula accesibilidad, etc. Gracias a los planes estatales y fondos autonómicos para revitalizar el empleo, se emprendieron obras que duraron más de tres años para reurbanizar el barrio y «humanizar» sus calles. Todo prometía y ver aceras anchas, esquinas recrecidas y calles peatonales era verdaderamente estimulante y un triunfo de la razón. Desgraciadamente la alegría duro muy poco, pues comenzaron a proliferar las terrazas hasta el punto de la máxima saturación…y llegaron los problemas: ruido, falta de accesibilidad, desaparición del comercio de proximidad fagocitado por los bares y restaurantes en plena calle. etc.

    Por eso, hoy día, somos mucha gente la que desconfiamos de lo que llamamos «falsas peatonalizaciones» o «urbanismo hostelero». Y lo más curioso es que esto ocurre amparado por una normativa muy permisiva que propicia a su vez la consiguiente picaresca por parte de buena parte de los establecimientos que ocupan más espacio del permitido.