¿Qué es la ecomovilidad? (3): Soluciones

Hace unas semanas comenzábamos una serie sobre la movilidad sostenible. En el primer artículo nos hacíamos una idea de la importancia del transporte y su sostenibilidad. En el segundo artículo veíamos los impactos que suponen para la sociedad el actual sistema de movilidad. En este tercer y último artículo, damos algunas posibles soluciones para alcanzar una mayor ecomovilidad.

Planificación y ordenación del territorio

  • Ciudades más densas. En vez de apostar por ciudades bajas y extensas, se deben buscar densidades que ofrezcan al tranporte público altas demandas potenciales y lo hagan viable económicamente. El estilo urbanístico anglosajón, en contraposición al mediterráneo, de casas bajas unifamiliares conduce al coche.
  • Desconcentración de actividades. Se debe acabar la moda de las «ciudades» universitarias, de la justicia, de los bancos, del golf, etc. Esto aleja la perspectiva de ciudad como lugar de intercambio, interrelación y progreso de diferentes actividades y personas. Lo ideal es la mezcla de usos, de gente, de sociedad.
  • Evitar actuaciones sectoriales. Para ver el territorio como un conjunto que se interrelaciona, y no solo el barrio o el municipio que afortunadamente no está encerrado en sí mismo.
  • Incorporar el transporte público como exigencia para nueva urbanización. Existen muchos ejemplos exitosos en los que nuevos desarrollos urbanísticos han tenido como protagonista el transporte público, los «fingers» de Copenhague, los Docklands de Londres, etc.

Potenciación del transporte público

  • Progresiva incorporación de sistemas ferroviarios. Son los modos más eficientes ya que son los que más capacidad tienen y menos impactos negativos generan, al ser eléctricos. Las redes de Cercanías tienen mucho margen de mejora todavía.
  • Prioridad al transporte público frente al coche. Por equidad, por su impacto ecológico, por capacidad de la vía, por evitar la actual discriminación de espacio público, por justicia, el transporte colectivo tiene que ser prioritario en nuestras calles.
  • Incorporación de nuevas tecnologías. Existe un gran camino tecnológico que recorrer para mejorar la eficiencia y la calidad del transporte público. El usuario tiene que estar orgulloso de su autobús, metro, tranvía, etc.
  • Flotas verdes. Para reducir las externalidades medioambientales de las redes de transporte y hacerlas más eficientes, especialmente los autobuses urbanos.

Uso eficiente del coche

  • Aumentar la ocupación del coche. No hay nada más ineficiente que pasear 1500 kilos de chatarra para mover a 80. Compartir viaje en coche se pondrá de moda en los próximos años.
  • Gestionar el aparcamiento en origen y destino. Es la forma más eficaz para controlar desplazamientos en coche. Si no se puede aparcar, no se vendrá en coche.
  • Implementar una jerarquía viaria y áreas tranquilas. Los coches se deben adaptar a ciertas circunstancias urbanas. No se deberían crear autopistas urbanas de 4 carriles más 2 laterales.
  • Tasas de congestión. Es la forma más radical de reducir el uso del coche implantada en algunos lugares como Londres o Estocolmo. Pero existen pseudopeajes urbanos que tienen tanto o más exito que estos.

Fomento de los modos “blandos”

  • Peatonalización. El peatón debe recuperar la calle. El espacio público debería pertenecer a las personas y no a las máquinas, por muy bonitas que sean y muchos cv tengan.
  • Accesibilidad universal. Todos somos peatones y todos somos personas de movilidad reducida alguna vez en nuestra vida. Diseñando ciudades para ellos, nos beneficiaremos todos.
  • Sistemas de bicicletas públicas. Están de moda y deben servir de catalizador para la incorporación de la bicicleta privada en nuestros trayectos cotidianos.
  • Facilidades para las bicicletas. Aparcamientos, infraestructura en calzada, duchas en el trabajo, ordenanzas favorables, y un largo etcétera de incentivos a la movilidad ciclista.

Gestión de la movilidad

  • Creación de consorcios públicos de transporte. Son piezas claves en la gestión de la movilidad de una forma integral de las ciudades y áreas metropolitanas.
  • Internalización de los costes asociados a cada modo de transporte. Es importante que el usuario y la sociedad conozcan las consecuencias de su forma de moverse, que usar el coche no es solo rellenar el depósito cada ciertos días. Todas las externalidades del transporte deberían estar reflejadas en la medida de lo posible en el coste económico y de esa forma, hacernos corresponsables de nuestras decisiones de movilidad. La repercusión económica es la mejor forma de sensibilización.

Hasta aquí esta serie de artículos sobre la palabra que da nombre a nuestro blog…

ecomovilidad

Sobre el autor
Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos con 2 másteres de especialización en transportes: Movilidad Urbana (UPM/URJC) y Supply Chain Design & Management (ParisTech ENPC). Ha trabajado en una de las principales consultoras especializadas en movilidad de España; y mejorando la distribución de mercancías en el último km para la líder francesa de transporte express. Además es socio-fundador de APTeMUS y coordinador en España y Francia de Y4PT. Puedes ver su perfil en LinkedIn.

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