Dos meses después de la puesta en marcha de la nueva red ortogonal de autobuses, en ecomovilidad.net Barcelona queremos analizar qué efectos ha tenido esta en los tiempos de viaje de los usuarios, puesto que, como recordaremos, cuando se implantó el Ayuntamiento hizo hincapié en que se basaba en los principios de mayor velocidad, mayor frecuencia de paso y mayor facilidad de uso.
Para ello, tomando como referencia las antiguas líneas 57 (Pg. Marítim-Cornellà) y 157 (Pg. Marítim-Sant Joan Despí) y las nuevas D20 (Pg. Marítim-Ernest Lluch), 57 (Ernest Lluch-Cornellà) y 157 (Ernest Lluch-Sant Joan Despí) hemos cronometrado el tiempo de viaje entre diferentes puntos, dentro de la misma franja horaria y siempre en día laborable, al estilo de las Curses de Transports de la PTP.
Así, todos los datos corresponden a trayectos iniciados entre las 14:15 h y las 15:00 h, con origen en el Museu Marítim de Barcelona y con la Plaza de la Sardana, en Esplugues de Llobregat, como destino, si bien también hemos tomado nota del tiempo de paso por Can Clota. Con ello queríamos medir no solo el efecto que ahora tiene el hecho de verse obligado a cambiar de bus (frente al trayecto directo de las antiguas líneas 57 y 157), sino también hasta qué punto la nueva 57 podía competir con las líneas T1, T2 y T3 del tranvía entre Ernest Lluch y Esplugues de Llobregat.
Cabe aclarar que las mediciones se llevaron a cabo en las antiguas líneas 57 y 157 durante la segunda quincena de septiembre (es decir, una vez iniciado el curso escolar), mientras que las de las nuevas D20, 57 y 157 se produjeron en octubre y noviembre (concretamente, los días 3 y 8 de octubre y 22 y 29 de noviembre). De hecho, no hemos tomado en consideración los datos de una quinta medición, correspondientes al 17 de octubre, porque el bus 57 que cogimos sufrió una avería y los datos obtenidos hubieran distorsionado los resultados. Por el mismo motivo, tampoco hemos cronometrado trayectos cuando había servicios mínimos en metro o bus como consecuencia de los paros convocados en las últimas semanas por algunos sindicatos de TMB. Hay que tener en cuenta, asimismo, que en todos los casos analizados entre octubre y noviembre el primero de los buses que salió de Ernest Lluch hacia Esplugues de Llobregat correspondía a la línea 57, lo cual permitió tomar nota del tiempo de paso no solo en Can Clota, sino también en la Plaza de la Sardana. Si hubiera sido el nuevo 157 el primero en salir, la duración del trayecto hasta la Plaza de la Sardana habría sido sensiblemente mayor, pues obligaría a esperar al 57 o a hacer un segundo transbordo, con otro bus o con el tranvía.
Aclarado esto, los datos obtenidos reflejan que, con las antiguas líneas 57 y 157, del Museu Marítim a Can Clota se tardaba una media de 39 minutos, mientras que hasta la Plaza de la Sardana el trayecto duraba un promedio de 45 minutos.
En cambio, con la implantación de la nueva red ortogonal de buses hay que ir del Museu Marítim a Ernest Lluch con la línea D20 y seguir desde allí hasta Esplugues de Llobregat con las nuevas líneas 57 y 157. Así:
– El 3 de octubre tardamos 33 minutos con la línea D20 hasta Ernest Lluch, a lo que hay que sumar 2 minutos de espera hasta que salió el nuevo 57, 6 minutos de trayecto hasta Can Clota y otros 6 minutos hasta la Plaza de la Sardana. En total, pues, fueron 41 minutos hasta Can Clota y 47 minutos hasta la Plaza de la Sardana.
– El 8 de octubre, en cambio, el trayecto con la D20 duró 29 minutos, el tiempo de espera del 57 fue de 5 minutos y los trayectos hasta Can Clota y la Plaza de la Sardana duraron 5 minutos cada uno. Fueron, por tanto, 39 minutos hasta Can Clota y 44 minutos hasta la Plaza de la Sardana.
– El 22 de noviembre tardamos 37 minutos del Museu Marítim a Ernest Lluch, esperamos 3 minutos al 57 y el trayecto hasta Can Clota duró 7 minutos, y hasta la Plaza de la Sardana, 6 minutos más. En resumen, tardamos 47 minutos hasta Can Clota y 53 minutos hasta la Plaza de la Sardana.
– Finalmente, el 29 de noviembre el trayecto con la línea D20 duró 35 minutos, tuvimos que esperar 3 minutos al 57 y el trayecto hasta Can Clota duró 7 minutos, mientras que hasta la Plaza de la Sardana requirió otros 5 minutos. Así, pues, fueron 45 minutos hasta Can Clota y 50 minutos hasta la Plaza de la Sardana.
En definitiva, con la línea D20 y la nueva 57 el promedio de tiempo de viaje fue de 43 minutos hasta Can Clota y de 48’5 minutos hasta la Plaza de la Sardana, es decir aproximadamente un 10 % más que antes. De hecho, solo en la medición llevada a cabo el 8 de octubre se obtuvieron unos resultados equiparables a los conseguidos antes de que se reestructurara la red de buses.
En general, pues, los de octubre y noviembre son unos resultados peores que los obtenidos en septiembre. Así, estos ponen de manifiesto que con los cambios introducidos el 1 de octubre en la red de buses de Barcelona algunos usuarios han salido perdiendo no solo en comodidad (necesidad de hacer transbordo, viajes menos confortables por no disponer de buses articulados, etc.), sino también en cuanto a la duración del trayecto. El ligero aumento de las frecuencias de paso del D20 respecto a las antiguas líneas 57 y 157 no se traduce en una mayor velocidad ni compensa el hecho de tener que cambiar de bus para ir de Barcelona a L’Hospitalet de Llobregat, Esplugues de Llobregat, Cornellà de Llobregat, Sant Just Desvern y Sant Joan Despí. Por cierto, todos los días de octubre y noviembre en que cronometramos los tiempos de viaje con la nueva línea 57 vimos como, mientras esperábamos la salida del bus o durante el trayecto hasta la Plaza de la Sardana, pasaba o nos adelantaba el tranvía.
Así, pues, la línea D20 no pasa la prueba frente a las antiguas 57 y 157, mientras que la nueva 57 se ve superada por el tranvía. ¿Se decidirá TMB a tomar cartas en el asunto? ¿Se atreverá a preguntar a los usuarios de las líneas D20, 57 y 157 si los cambios que se han llevado a cabo últimamente han supuesto o no una mejora para ellos?