Promobilletes.com: cuando la sociedad va por delante de la Administración

Durante la última semana, muchos de vosotros habréis oído hablar en diferentes medios de comunicación sobre www.promobilletes.com, una iniciativa de dos ingenieros de la UPC gracias a la cual se podían adquirir títulos de transporte a un precio menor al habitual. La fórmula para conseguirlo era sencilla: lograr que alguna empresa abonara una parte del importe de los billetes, a cambio de incluir publicidad sobre la misma en la carta en que estos se remitían a los destinatarios finales. Los descuentos que se consiguieron desde la puesta en marcha de esta iniciativa oscilaban entre un 10 % y un 50 %. Una cifra nada despreciable, sobre todo si tenemos en cuenta las importantes subidas que registraron recientemente las tarjetas más utilizadas.

Al darse a conocer esta iniciativa, la ATMno quiso pronunciarse públicamente sobre su legalidad o ilegalidad, si bien en seguida convocó a una reunión a los promotores de la idea, sin que haya trascendido nada sobre lo que se habló en ella. Sin embargo, desde que se celebró este encuentro la web www.promobilletes.com, que llegó a recibir 10.000 visitas al día, permanece inactiva.

Intentaremos a continuación analizar las cuestiones más relevantes que se plantean sobre esta materia.

La inclusión de publicidad

A priori podría parecer que el mayor obstáculo de la iniciativa emprendida por estos dos ingenieros de la UPCes la inserción de publicidad de las empresas que patrocinaban las tarjetas “low cost”, pues correspondería ala ATM adoptar una medida de este tipo.

Sin embargo, los títulos de transporte adquiridos a través de www.promobilletes.com en ningún momento fueron manipulados por los promotores de la iniciativa ni por las empresas patrocinadoras para insertar publicidad en ellos. Y es que la publicidad existía, sí, pero esta se encontraba en el sobre en que se enviaban los billetes, no en los billetes mismos. Así, pues, no parece que esta pudiera ser la cuestión que impidiera llevar a cabo una iniciativa de este tipo.

El ánimo de lucro

Tampoco puede considerarse un obstáculo que los ideólogos de www.promobilletes.com reconocieran abiertamente que querían ganar algo de dinero con esta iniciativa, pues, al fin y al cabo, es la finalidad que persiguen, por ejemplo, “la Caixa”, los estancos y los kioscos al vender este tipo de producto a los ciudadanos.

Es más, el beneficio que obtenían los ingenieros de la UPCera un suplemento que se cobraba a las empresas patrocinadoras por cada billete adquirido por esta vía, no un porcentaje del importe de venta al público con el que la ATM recompensa a los particulares que ofrecen este servicio, que se detrae de los beneficios de esta. Es decir, por una T-10 adquirida a través de www.promobilletes.comla ATM obtenía 9’25 euros, mientras que si esta misma tarjeta se compra a través de un cajero automático, en una panadería, en un kiosco o en un estancola ATM acaba obteniendo algo menos de 9 euros.

La venta y distribución de billetes

La cuestión más controvertida de www.promobilletes.com parece ser el hecho de que distribuye títulos de transporte sin ningún tipo de control administrativo. Este es el motivo por el que, según la ATM, la web permanece actualmente fuera de servicio. Y es que la expedición de tarjetas de transporte corresponde en exclusiva a la ATM, mientras que su venta y distribución la llevan a cabo tanto las empresas operadoras como terceros autorizados (entidades bancarias a través de sus cajeros automáticos, estancos, kioscos, panaderías…).

Así las cosas, la web de los dos ingenieros de la UPCno contaba con los permisos necesarios para llevar a cabo tal actividad ni respetaba la legislación específica que existe en materia de comercio electrónico. En definitiva, pues, aunque nos disgusta asumirlo, esta iniciativa no parece ser acorde con la legalidad vigente.

Debemos tener en cuenta, no obstante, que si la Administraciónimpide que cualquier persona física o jurídica expida, distribuya, venda o revenda títulos de transporte sin ningún tipo de control es porque tiene como finalidad última proteger los legítimos intereses de los consumidores y evitar fraudes, estafas y falsificaciones. ¿O acaso no criticaríamos a los poderes públicos si permitieran, por dejación de sus funciones de control, que se vendieran billetes sin las debidas garantías?

Las lecciones que nos da www.promobilletes.com

Aunque la iniciativa emprendida por dos ingenieros de la UPCcon el fin de ayudar a la ciudadanía a sobrellevar el tradicional aumento de precio del transporte público de cada año parece no ser legal, sin duda nos permite sacar interesantes conclusiones:

– El éxito alcanzado por www.promobilletes.com, con miles de visitas en apenas unos días y repercusión en los principales medios de comunicación, pone de manifiesto el interés que esta idea ha despertado entre los ciudadanos, frente al poco entusiasmo que ha generado la bajada de precio, meramente testimonial, que aprobó hace unas semanasla ATM parala T-Mes, un título de transporte que, a nuestro juicio, debiera ser la piedra angular del sistema tarifario integrado.

– El hecho de que dos jóvenes emprendedores hayan conseguido implicar por sí solos a diferentes empresas para que estas asumieran parte del coste de las tarjetas de transporte a cambio de incluir publicidad en los envíos pone en evidencia la labor de la ATM, que hasta el día de hoy no ha sabido o no ha querido explorar esa vía de financiación. Sin duda, en esta ocasión la sociedad civil le ha marcado un gol clarísimo a la Administración, la cual no se puede permitir el lujo de mostrarse indiferente o, peor aún, torpedear una iniciativa de este tipo. Debe, pues, adoptar cuanto antes las medidas oportunas para que el sector público y/o el privado trabajen con el objetivo de que el patrocinio de empresas permita abaratar el precio de los títulos de transporte.

– Los usuarios a los que se debería premiar con este tipo de propuestas no son tanto quienes suelen utilizar la T-10 como quienes adquieren abonos ilimitados mensuales o trimestrales, pues son los que habitualmente se mueven por la ciudad de manera sostenible.

– El sector privado podría contribuir a financiar iniciativas de este estilo, como parte de su responsabilidad social corporativa. Gracias a estas iniciativas, las empresas colaboradoras obtendrían una repercusión mediática muy favorable y, por qué no, podrían recibir incentivos fiscales. Así, pues, las aportaciones en este ámbito pueden ser una inversión muy rentable no solo para la sociedad en general, sino también para los intereses particulares de quienes las promovieran. Además de subvencionar o regalar billetes, las grandes empresas podrían, por ejemplo, colaborar en el mantenimiento o en la mejora de estaciones, patrocinar el transporte público un determinado día o aplicar descuentos a aquellos clientes que acudiesen a comprar en bicicleta o en transporte público.

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