La imagen de hoy pretende hacernos reflexionar sobre algo que no siempre interpretamos en la malla urbana: las medidas de movilidad sostenible que suelen aplicarse no intervienen sobre el diseño urbano preeminente hasta ahora. Y es que, las ciudades siguen diseñadas para el coche y con estas medidas se “adaptan” para el resto de usos. Pero, ¿qué pasaría si las ciudades se diseñaran directamente para sus ciudadanos?
Por ejemplo, las calzadas se construiría de forma que el agua se recogiera en el centro en lugar de en los laterales (evitando así que haya peatones que, literalmente, queden empapados cuando un coche circula muy cerca de la cuneta y pisa un charco), serían los coches los que se verían obligados a cambiar de cota en los cruces mientras que los peatones tendrían un recorrido a cota constante o se darían situaciones como las de la imagen.
¿Os gusta la idea?
Imagen extraída del blog ciudadesaescalahumana.org
Yo discrepo un tanto con vosotros. Hablais de los coches como si fueran un elemento extraño, ajeno a la ciudad. Los coches los conducen personas, personas que probablemente sean ciudadanos de esa ciudad.
Se puede discutir las prioridades, las calzadas, los carriles etc pero considerar el coche como si fuesen elementos extraterrestres que vienen a molestar, pues no me parece…
Ahora, que es mi opinión. Aquí estamos para discrepar que siempre es bueno 🙂
Buenas, es cierto que los coches son conducidos por personas, pero también es cierto que en cuanto agarran el volante hay una actitud generalizada de superioridad ante, no sólo los peatones, también con las bicicletas.
Lo que se debe pretender es la equidad y el respeto entre personas, sea cual sea su medio de transporte.
Un saludo