Cada vez nos estamos acostumbrando más a que, con la excusa de la crisis, las marcas comerciales ocupen espacios públicos: nombres de líneas y estaciones de metro, teatros, plazas… prácticamente solo quedaban por sucumbir a ello los carriles bici.
Pero el Ayuntamiento de Madrid ya ha pensado en ello. Por eso desde hace unas semanas el carril bici de la acera de la calle Serrano está delimitado por bandas de color magenta, el mismo que el de la marca de embutido que lo patrocina.
No es mala idea hacer más visible un carril bici que pareció colocarse ahí simplemente porque la bici está de moda y queda chic, ya que no se segregó de los peatones (quizás para no molestar a los coches) lo que unido a su color granito, al igual que el resto de la acera, lo hacían prácticamente invisible. Pero da que pensar que tenga que ser una iniciativa publicitaria la que resuelva un problema creado por el propio ayuntamiento en una reforma tan reciente. En todo caso, nos quedamos con la parte buena, el hecho de que los responsables de urbanismo se hayan dado cuenta de que un carril bici invisible es inútil. Por desgracia, no es el único.
Vaya chapuza, eso no es un carril bici, sólo una acera pintada.
Si la finalidad de aumentar la visibilidad se cumple, ¿qué problema hay en la colaboración público-privada? Iniciativas así ahorran dinero a los contribuyentes, que somos todos, tanto en época de crisis como de bonanza…
El problema es que esta solución viene a un problema creado por el propio ayuntamiento. Si hace solo unos meses (la calle Serrano se reformó hace poco) se hubieran hecho las cosas bien, no tendría que haber venido un patrocinador a arreglarlo, y se hubiera hecho algo más definitivo que estas bandas adhesivas que acabarán quitándose.
La calidad de las infraestructuras de movilidad sostenible no puede depender de que a una empresa privada le encaje en sus planes de marketing patrocinar un arreglo. ¿O admitiríamos que la M-30 se inaugurase sin asfaltar y se hiciese cuando a una empresa le apeteciese patrocinarlo?
Gracias por responder, Fernando.
Totalmente de acuerdo con que ha de ser el propio Ayto el que haga las cosas bien desde el principio, para eso está (especialmente en una cosa tan nimia a nivel técnico y de costes como delimitar un carril bici).
En mi comentario quería matizar mi punto de vista de que la participación privada no es mala en sí misma (en cualquier contexto económico), pero te doy toda la razón en que no debe sustituir a las obligaciones de un ente público que recauda (y mucho) para ejercer esta labor.
Entonces compartimos punto de vista. Yo estoy a favor de la intervención privada cuando sirve para prestar un servicio sin coste para el ciudadano 🙂