Son días difíciles, lo sé, los medios de comunicación no hablan de otra cosa… miedo… la amenaza parece cada vez mayor y los objetivos son los lugares con mucha gente… enoclofobia… cambiaré mis hábitos, dejaré el transporte público y usaré el coche… ERROR
En primer lugar el corazón: si cambio mis hábitos habrán comenzado a vencerme.
En segundo lugar la razón: las probabilidades de morir en un accidente de tráfico son 38 veces más altas que morir en un atentado (en 2014 murieron en el mundo 32.729 por atentados terroristas y 1,24 millones por accidentes de circulación).
Y en tercer lugar el resto: una movilidad basada en el vehículo privado tiene unas externalidades enormes que deberemos pagar entre todos: congestión, consumo del espacio público, accidentes, inequidad, contaminación, cambio climático, más muertes… y para cerrar el círculo más dependencia del petróleo que origina el terrorismo y las guerras en bucle sin fin.
Es lo poco que podemos hacer estos días tristes como individuos para defender los valores de libertad y fraternidad, luchando por un mundo más sostenible, saludable y en paz.